
En una entrevista reciente realizada por el periodista Luis Carlos Vélez, la Directora del Proyecto de Revisión Electoral (MOE), Alejandra Barros, expresó sus preocupaciones acerca de las repercusiones que tendría la Aprobación de la reforma constitucional del transfugismo político en Colombia.
Barros enfatizó que la aprobación de esta reforma sería un “shock directo para la democracia del sistema de partidos”, subrayando que las estructuras partidarias en Colombia son históricamente débiles y audaces, lo que pone en riesgo tanto la fortaleza de sus vínculos internos como la democracia misma.
En caso de que el proyecto salga adelante, Barros advirtió que “la política debe ser personalizada y los asientos se privatizarán”. Su perspectiva es que el sistema político colombiano es extremadamente vulnerable y que las reformas planteadas podrían quebrantar por completo el equilibrio de fuerzas entre los diferentes partidos del país.
Si se aprobara el transfugio político, se daría la privatización de los escaños. Foto:(
Añadió que “nuestro sistema es extremadamente frágil y lo que vamos a terminar haciendo es perturbar por completo el sistema político colombiano.” La propuesta de transfugio político permitiría a los políticos en el país moverse libremente entre partidos sin restricciones, facilitando el mantenimiento de sus respectivas posiciones en el proceso electoral. Esta iniciativa está impulsada por el Senado, liderada por el senador Chacón.
De acuerdo con Barros, la propuesta ha alcanzado cinco discusiones en el parlamento y actualmente se encuentra en el sexto debate. Esto deja una interrogante preocupante en el aire: ¿Qué partidos serán los beneficiarios de estas nuevas reformas?
La aprobación del transfugio político ha pasado por cinco discusiones. Foto:Cesar Melgarejo / Ceet
“Estamos muy preocupados por la aprobación no solo en el Senado sino también en la Cámara de Representantes”
La CEO del MOE destacó que tanto los conservadores como otros actores han manifestado su negativa a apoyar esta propuesta. Según Barros, dado que esta medida beneficia a individuos más que a las organizaciones políticas, ya se ha alcanzado el sexto debate, lo cual indica un alcance multisestral.
La directora expresó su alarma por el avance de este proyecto en el parlamento. “Estamos muy preocupados por la aprobación no solo en el Senado, sino también en la Cámara de Representantes. Lo más preocupante es que podría estar vigente antes de las elecciones del próximo año,” reveló Barros.
El comité aprobó la legislación sobre transfugio en la primera ronda.Foto:Nostor Gómez
Esta reforma constitucional es fundamentalmente una propuesta que plantea que “cada cuatro años, se permite, hasta cuatro meses antes de las elecciones, a todos los funcionarios públicos moverse entre partidos y conservar su escaño.”
Este sistema, que Barros describe como un “mercado de garantías,” presenta incentivos inapropiados, además de que permitiría a cada partido político disciplinar a sus miembros en doble militancia.
Debate sobre el transfugio político en Colombia.Foto:Nostor Gómez
“No solo comenzamos la privatización del asiento, sino que comienza la privatización de los votos”
Barros también señaló que esta práctica política permitiría que los partidos políticos ofrezcan sus escaños a otros candidatos al mejor postor. “No solo comenzamos la privatización del escaño, sino que también inicia la privatización de los votos,” argumentó el director.
Agregó que “el elector se convierte en la moneda de cambio en el espacio político, lo cual altera la dinámica de representación.” Esto crea un entorno donde los que logran acumular varios votos tienen un peso significativo en el panorama electoral.
Los escaños estarían disponibles en base a quién ofrezca más, según Barros.Foto:Istock
Al concluir su análisis, Vélez subrayó que este transfugio político otorgaría una mayor capacidad al gobierno, brindándole la posibilidad de atraer y sumar individuos a su base, lo que podría desestabilizar la oposición en el país.
“Haría que fuera muy difícil cuestionar, ya que cualquiera podría buscar aliados y listas de candidatos que obtengan más votos,” argumentó Barros.
“Si no hay partidos democráticos, no puede haber gobiernos democráticos.”
De las 31 organizaciones políticas actualmente registradas en el país, Barros advierte que esto podría llevar a una situación caótica, porque, como ella señala, “no sabremos quién representa a quién, ni quién pertenece a qué partido.”
En este contexto, la directora subraya que para la opinión pública, este transfugio político generará una confusión considerable, ya que no habrá claridad sobre quiénes son los miembros de los partidos en la actualidad.
Los escaños de los partidos, según Barros, serían privatizados y dados al mejor postor.Foto:Noustor Gómez. Tiempo
“Si no hay partidos democráticos, no puede haber gobiernos democráticos. Las posiciones personales fortalecen al gobierno,” señaló Barros. “Continuamos operando dentro de un círculo restringido, donde las decisiones se toman por intereses particulares en lugar del bien público.”
Finalmente, enfatizó que este “golpe a la democracia” limitaría los objetivos principales de los partidos políticos en Colombia, ya que los intereses de aquellos que buscan representación prevalecerían sobre las necesidades de la sociedad en general.
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Mary Juliana Cruz Marroquín