El arte no permanece quieto. Evoluciona, se adapta y encuentra nuevas formas de expresarse. Esto es entendido por el maestro Eduardo Muñoz Lora, un reconocido artista de Nariñense, que este año ha decidido llevar su trabajo más allá de los murales y escenarios tradicionales, aventurándose en una propuesta que une el arte con la vida cotidiana: ponchos sin fluidez con sus obras de plasma, especialmente pensado para el carnaval de Blanco y Blanco 2026.

Esta propuesta no es solo una novedad estética. También es una forma de demostrar que los maestros de arte populares se están reinventando, buscando nuevas formas de compartir su talento y conectarse con el público. En un momento en que el arte busca espacios en Urban, en lo utilizable y simbólico, Eduardo propone que el cuerpo sea el nuevo lienzo, y que el carnaval es un escaparate vivo del arte local.

Los ponchos, además de las piezas funcionales y climáticas, son piezas únicas que llevarán escenas impresas, símbolos y colores característicos del trabajo del maestro. De esta manera, el carnaval no solo se baila o desfila: también se ve, se comparte y se convierte en una plataforma para los creadores.

Con iniciativas como esta, el arte de Nariñense se niega a ser contemplado. Ahora también camina, mira y celebra.