
Después de la cumbre bilateral en Alaska entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin, toman la forma de conversaciones trilaterales que también involucrarían al presidente ucraniano Volodimir Zelenski, con el apoyo fijo de los líderes europeos.
Reunión en Alaska: progreso, tensión y apuestas diplomáticas
La cumbre de Anchorage fue la primera reunión entre ambos líderes en el suelo estadounidense desde 1988. Aunque terminó sin detener el fuego, Trump describió los intercambios como “productivos” y abiertos y anunció la intención de ir hacia una “reunión después de tres bandas”.
Putin aprovechó la oportunidad para proponer un intercambio: detener las hostilidades a cambio del control ruso sobre Donbás, una posición que posteriormente fue transferida por Trump a los líderes de Zeleski y Europeos.
Llamado a una reunión trilateral con participación europea
En una conferencia conjunta, Zelenski anunció que celebrará una reunión con Trump en Washington el lunes, luego de una extensa llamada de más de 90 minutos que también incluía líderes europeos. Confirmó su disposición a aceptar una cumbre trilateral, siempre que esté presente y con garantías de seguridad creíbles, especialmente con “poder de los Estados Unidos. Uu. Afecta el desarrollo de la situación”.
Europa, entre apoyo y precaución
Los líderes europeos más importantes han apoyado la idea de una reunión trilateral, siempre que tengan su apoyo y respeto a la soberanía ucraniana. Figuras como Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Giorgia Meloni, Friedrich Merz, Keir Starmer, Alexander Stubb, Donald Tusk y António Costa Costa firmaron una declaración conjunta en ese sentido y enfatiza que “las fronteras no deben ser modificadas por” y exigiendo “inexperimentamiento” inexcutable “sin conclusión”.
También celebraron que Trump está dispuesto a ofrecer garantías de seguridad de los Estados Unidos, a pesar de que renovaron su insistencia en un alto incendio antes de las negociaciones.
Desacuerdos profundos: Total Peace vs. Cese Fire
La lógica principal que mueve esta fase diplomática es el cambio de estrategia de Trump: ya no se defiende el fuego como antes, sino por un acuerdo de paz inmediato, una posición en línea con la propuesta rusa de aceptar el consentimiento territorial a cambio de congelar el conflicto. Sin embargo, esta visión choca con Ucrania y la posición de la UE, que considera un incendio alto antes de cualquier diálogo significativo.
Que está en juego
- Soberanía ucraniana: La propuesta rusa para dar al Donbasen amenaza directamente con la integridad territorial de Ucrania.
- Credibilidad occidental: El cambio en la estrategia estadounidense. Uu. Genera inquietud sobre su papel como garante de la paz.
- Balance geopolítico: Europa está tratando de mantener la cohesión y la apariencia europeas en las negociaciones, lo que evita que Ucrania esté diplomáticamente aislada.