
El futuro de la propuesta se encuentra en manos del Comité Electoral Nacional (CNE), y se contempla la posibilidad de que el histórico tratado se transforme en un partido político de izquierda, alineado con la visión del presidente Gustavo Petro. Este surgió tras la presentación por parte del Senado de un Proyecto de Reforma Constitucional que busca facilitar el fenómeno conocido como transfuismo, o como sus autores prefieren denominarlo, libertad política.
La principal finalidad de la propuesta es que, cada cuatro años, tanto los legisladores como los alternativos y los concejales tengan la opción de cambiar de partido sin necesidad de presentar su renuncia. A pesar de contar con un amplio respaldo inicial, la propuesta comenzó a sufrir un descenso en su apoyo popular, especialmente ante las preocupaciones señaladas por la sociedad civil.
El congreso aprobó la ley legislativa de diciembre sobre transfuismo en su primera ronda. Foto:Nostor Gómez
A pesar de que el Senado liderado por Alejandro Carlos Chacón argumentó que había que completar las autoridades en los Juegos, el presidente estuvo activo en su defensa de la iniciativa, buscando consolidar un solo proyecto de izquierda que integre a todos los actores políticos que así lo deseen.
Conforme al sistema electoral colombiano, los partidos pueden conformar alianzas solo si obtienen más del 15 por ciento de los votos. “Los partidos políticos y movimientos que han alcanzado ese 15% de votos válidos en la circunscripción pueden presentar listas de candidatos para cargos públicos”, especifica la Ley Legislativa 02 de 2015.
El verdadero desafío para el tratado histórico reside en que, en las últimas elecciones, obtuvo menos del 20 por ciento de los votos. Esto impide la posibilidad de que se integre a organizaciones como sucedió en 2022. Por esta razón, el presidente ha instado a los partidos de izquierda a fusionar sus candidaturas y evitar participar de manera individual en las elecciones de 2026.
El Senado validó el transfuismo en el marco legislativo. Foto:La prensa del Senado
Sin embargo, este llamado no ha sido bien recibido. La convergencia política esta reacia a gestionar su reconocimiento, lo cual ha derivado en problemas adicionales prospectivos en términos de división y consolidación. El panorama político está llegando a un punto donde el transfuismo podría convertirse en una solución viable para este dilema.
Si no se logra una fusión efectiva, el transfuismo permitiría que los parlamentarios de izquierda se agruparan bajo un mismo esquema, siempre que adoptaran el nombre del Tratado Histórico, alineándose así con la figura de Gustavo Petro.
Esta urgencia es la razón por la cual varios senadores de la izquierda han respaldado el incremento de transfugas a lo largo de su período de cuatro años. Su apoyo no se limitó a votar por el proyecto hundido, sino que también buscaron incluir la posibilidad de que los partidos se reconfiguren sin sufrir consecuencias en otras iniciativas legislativas, como la reforma política.
Alejandro Carlos Chacón abogó por el transfuismo dentro del proyecto. Foto:La prensa del Senado
Varias partes eran conscientes de que las reformas constitucionales a favor del tratado eran críticas y se les solicitó que apoyaran la iniciativa. Sin embargo, ese llamado fue desestimado, evidenciando la falta de interés por parte de ciertos sectores hasta el último momento.
“Hemos optado por una alternativa completamente diferente.” Así lo declaró la senadora Maria José Pizarro sobre el tratado histórico. Agregó que su enfoque está en buscar una integración con un único partido, dependiendo más de la decisión del CNE que del transfuismo. “Queremos que cada persona sea libre y que los individuos tomen sus propias decisiones sobre sus representantes, no por dictados externos”. Esta postura revela un deseo de autonomía en el proceso político.
A pesar de los intentos por de llevar a cabo la reforma constitucional, se evidenció su falta de apoyo durante la votación, resultando en 28 votos negativos, la mayoría provenientes de parlamentarios del tratado histórico. Estos resultados fueron insuficientes y llevaron al hundimiento definitivo de las reformas. De esta forma, el foco se centra ahora en el CNE, que debe definir el futuro político de este tratado para las elecciones de 2026.
El papel del CNE
Antes de que se decida sobre el transfuismo, el proyecto está en manos del MP del CNE en relación a la transformación en un partido único de izquierda. Actualmente, el MAIS presenta divisiones, ya que es una de las agrupaciones que forma parte del tratado histórico pero no busca renunciar a su posición por unirse a la visión de Gustavo Petro.
El presidente Gustavo Petro ratificó a Álvaro Echeverry como CEYER CNE. Foto:Presidencia
Este contexto involucra a MPS Maria José Pizarro, David Razo y Heraclito Landínez. Este grupo ha sido reconocidos por su compromiso con la protección geotérmica, obteniendo la aprobación de la comunidad indígena en 2022. Para poder integrarse como un partido individual, decidieron solicitar la división y las directivas de MAIS aceptaron este enfoque. No obstante, la aprobación final del tribunal electoral sigue en espera.
El proceso tiene la intención de ser administrativo, aunque la figura del “divorcio amistoso” se complica bajo la legislación de 2011, que estipula condiciones para enmiendas sin responsabilidades legales.
Según el Artículo 14 de la Ley 1475 de 2011, se señalan limitaciones. El dilema reside en que el MAIS está bajo una investigación vinculada a la campaña del presidente Petro, lo que puede obstaculizar su división. Algunos actores consideran que, según las normativas, la división no debería ser posible debido a estas circunstancias.
El presidente Gustavo Petro en un evento formal. Foto:Archivo privado
Un magistrado, Alfonso Campo, está revisando la posibilidad de que el MAIS se divida en dos agrupaciones, aunque en este momento no cuentan con suficientes votos. Los miembros del tratado histórico afirman que, a pesar de que las decisiones judiciales están en manos de un juez influente, no poseen los votos esenciales. Sería necesario contar al menos con seis votos para cumplir con las regulaciones del CNE y que la decisión sea vinculante.
Esto implica que ni uno ni otro sector, sea el favorable o el opuesto a la división, pueda contar con el apoyo suficiente para decidir sobre el particular, lo que se traduce en un estancamiento. La determinación debía ser emitida en un plazo inmediato, pero esta falta de mayoría ha generado retrasos en el proceso.
La conclusión que se alcance en este asunto resulta ser fundamental para el futuro del tratado histórico como una entidad política. No se trata solo de cumplir con las expectativas de las comunidades que lo respaldaron en 2022, sino que el fallo también establecerá un precedente significativo.
Gustavo Petro y el CNE en un encuentro reciente. Foto:Presidencia
La integración de la coalición de izquierda también requiere que otros partidos como el Colegio de Abogados Democráticos, los UP y otras agrupaciones se reorganicen y decidan unirse al nuevo partido. La dificultad radica en que muchas de estas agrupaciones aún enfrentan procesos judiciales relacionados con la campaña presidencial que llevó a Gustavo Petro al poder. Si el CNE rechaza la división del MAIS, es probable que impida la fusión de las formaciones políticas relacionadas con este proceso.
Si este enlace no se materializa, las coaliciones de izquierda que dieron origen al tratado histórico se enfrentarán a desafíos mayores en las elecciones de 2026. Gran parte de su éxito en las últimas elecciones legislativas se debió a su capacidad para unir votos en una única lista. Si no logran establecer esta unidad, la distribución de los votos podría resultar en que algunos partidos no superen el umbral del dos por ciento, llevándolos a perder representación individual.
Puedes ver:
Mes Foto:
Juan Sebastián Lombo Delgado
Político