
La reciente derrota del gobierno de Gustavo Petro en el Senado respecto a la propuesta de consulta popular ha suscitado una gran controversia. En este contexto, el presidente del Senado, Efrain Cepeda, ha sido acusado de haber actuado de manera irregular. Las declaraciones del gobierno sugieren que esta situación es más que una simple discrepancia política; se plantea que hubo un componente de fraude en el proceso. “La consulta popular no se hundió. Lo hundieron con fraude, como el 19 de abril de 1970.” Esta afirmación fue hecha por Petro, quien no dudó en comparar los eventos actuales con el histórico enfrentamiento electoral entre Misael Pastrana y Gustavo Rojas Pinilla, indicando que existen similitudes preocupantes entre ambos contextos.
Sin embargo, las afirmaciones en contra de Cepeda requerirían más que palabras; el presidente mismo ha instado a que se lleven a cabo reuniones abiertas para esclarecer el uso irregular de procedimientos durante la votación. Esta es una exigencia que claramente busca aumentar la transparencia en el proceso legislativo, algo que es fundamental en una democracia sólida. “El presidente sobre la empresa en cuestión,” mencionó, enfatizando la necesidad de rendir cuentas y cerrar el ciclo de reuniones cuando se tomen decisiones cruciales.
Otro aspecto relevante de este debate está relacionado con las reglas establecidas en las votaciones. Desde la modificación de la Ley 1431 en 2011, se implementaron mejoras significativas para los procesos de votación, incluyendo el uso del voto electrónico. En el artículo 2 de la ley, se estipula que este método debe ser utilizado en las votaciones tanto en el Senado como en la Cámara. A pesar de que el gobierno argumentó que el tiempo de votación no debió exceder cinco minutos, esto no se alinea con lo que especifica la normativa. Este es un punto crucial que el gobierno debe abordar si quiere defender la validez de su posición.
Entorno en el Senado después de una votación de consulta popular. Foto:NOSTOR GOMEZ – EL TIEMPO
Según las regulaciones vigentes, “cuando las rutas electrónicas se utilizan en la votación, se convierte en el presidente de la Compañía o la Comisión que determina el tiempo entre el comienzo de la votación y los anuncios de su resultado sin exceder los treinta (30) minutos por voto.” Esto implica que el presidente del Senado tenía la autoridad para establecer el tiempo necesario para la reflexión antes de emitir resultados, algo que ha sido cuestionado por diversas partes.
Por otro lado, el Secretario General del Senado ha indicado que no hubo suficiente tiempo para garantizar la participación de todos antes del cierre de la votación. Esto es un argumento que puede cuestionar la legitimidad del proceso, dado que se cerró la votación después de que se emitieron solo 96 votos. Solo dos votos fueron contabilizados a favor de la aprobación, con el resto quedando sin registrar, hecho que plantea serias dudas sobre el proceso.
Otra de las críticas que el gobierno de Petro ha expresado está relacionada con los votos manuales, particularmente aquellos emitidos por el senador Edgar Díaz, del partido Cambio Radical. La ley establece claramente en qué condiciones se pueden usar los procedimientos electrónicos. “En cualquier voto público, se pueden utilizar todos los procedimientos electrónicos que demuestren el significado de cada miembro del Parlamento y se puede usar el resultado del voto; en caso de una ausencia o falta de procedimientos electrónicos, se llamará a la lista y cada miembro del Parlamento notificará sus votos.” Esto debería ofrecer claridad sobre la validez de los votos emitidos y garantizar que el proceso sea justo y transparente.
Ministro del Interior Armando Benedetti, en el Parlamento, donde se inició la consulta. Foto:Milton Díaz / Tiempo
En el contexto parlamentario actual, se establece que aquellos que no pudieron acceder al sistema electrónico tuvieron la opción de emitir sus decisiones oralmente. Esto generó ciertas discrepancias, ya que hubo dos votos manuales a favor y dos en contra, con el Secretario General del Senado, Diego González, en la obligación de verificar la relevancia del voto del senador Díaz. Aunque no se eligió, el Secretario asumió que lo había sido desde el inicio de la votación.
Todo este episodio ha creado un clima de tensión en el Senado, donde muchos senadores claramente se oponen a la consulta popular. Es importante destacar que Díaz, perteneciente a Cambio Radical, se abstuvo de votar, lo que deja claro que su apoyo a la consulta era muy poco probable. Esta circunstancia ha alimentado todavía más las acusaciones de fraude y manipulación, sugiriendo que el deber del Secretario del Senado es certificar correctamente las decisiones tomadas y clarificar cualquier duda que pueda surgir.
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El Senado revivió la reforma de la fuerza laboral y hundió la consulta. Foto:
Juan Sebastián Lombo Delgado
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