
La reciente declaración de El ex canciller de Álvaro Leyva sobre el presidente Gustavo Petro ha suscitado una considerable polémica en el ámbito político colombiano. El ex ministro abordó la temática de un supuesto consumo de drogas que, según él, no tiene antecedentes en la historia política del país. Leyva, quien fue un gran aliado de Petro hasta hace poco, ha roto el silencio para cuestionar tanto el bienestar físico como psicológico de su antiguo jefe, sugiriendo que esto ha impactado gravemente en su desempeño gubernamental.
En sus declaraciones, Leyva ha formulado serias acusaciones contra el gobierno del cual fue parte durante más de dos años. Precisamente, ha mencionado la adicción a las drogas que, en su perspectiva, afecta a Petro. Leyva ha desatado una disputa al señalar que el presidente Gustavo Petro podría considerarse como una especie de “secuestrado” por Armando Benedetti, Laura Sarabia y Ricardo Roa, con quienes tuvo ciertos conflictos durante su mandato. Esta acusación ha puesto en jaque a los miembros del gobierno que han mantenido un perfil bajo frente a las dudas que surgen sobre la salud mental y física del presidente.
Gustavo Petro.
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AFP
En un tuit, Leyva expresó: “Esto fue en París, donde pude confirmar que tenía el problema con la adicción a las drogas”. Se refirió a un viaje de estado realizado del 21 al 24 de junio, durante el cual el presidente Petro no asistió a un evento que ya estaba programado, causando que toda la delegación lo esperara durante horas. Leyva mencionó que los Servicios de Inteligencia Francesa habían constatado la residencia del presidente y continuaron informándole acerca de su situación. “Momentos de paja para mí como persona y canciller”, añadió Leyva, refiriéndose a la confusión que le causó la situación.
Después de varios meses de silencio, Petro decidió enfrentar las declaraciones de Leyva. Aunque no confirmó ni desmintió su supuesto problema de consumo de drogas, se refirió a su ex aliado como una “víbora” en sus redes sociales. Acusó a Leyva de haber utilizado el tiempo en París para realizar visitas familiares y no para atender asuntos laborales.
Este no es el primer ataque que recibe Petro en relación con rumores sobre su salud. Recientemente, en un chat revelado, el Ministro del Interior insinuó que Armando Benedetti había aceptado tener problemas de drogas y también aludió a que Petro consumía cocaína. En respuesta a la periodista Maria Jimena Duzán, quien le preguntó directament
e sobre sus problemas de adicción, Petro respondió: “Soy adicto al café”.
Ex canciller Álvaro Leyva y Luis Gilberto Murillo. En el Centro de Presidente Gustavo Petro.
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Archivo privado
El clima político también se ha tensado debido a la creciente insatisfacción pública sobre la conducción del presidente. Las relaciones internacionales entre Colombia y Estados Unidos han sido afectadas por comentarios y publicaciones contradictorias de Petro, lo que ha alimentado un arsenal de críticas. Aunque Leyva ha despertado el debate sobre la salud del presidente, la respuesta del círculo cercano a Petro ha sido cautelosa, y hasta el momento, nadie de su entorno ha hablado abiertamente sobre el asunto. Leyva no solo presentó sus preocupaciones en Casa de Nariño, sino que también lo hizo a través de un tuit, lo que ha agitado aún más el debate político que ya es candente en el país.
El impacto de estas acusaciones ha reavivado una conversación sensible en torno a un tema que debería ser discutido en todas las democracias: la línea que separa el derecho a la privacidad de la salud de los líderes y el derecho de la ciudadanía a conocer sobre el estado de salud de quienes dirigen la nación. Esto es particularmente relevante en un contexto donde la salud mental y física puede influir directamente en la eficacia de un presidente. No obstante, la respuesta de Petro ha sido cautelosa: hasta ahora no ha confirmado ni negado los rumores de una potencial adicción.
Las críticas han sido rápidas y contundentes. La senadora Maria Fernanda Cabal, del Centro Democrático, ha iniciado una propuesta para exigirle al presidente pruebas toxicológicas y psiquiátricas que certifiquen su estado de salud. Según Cabal, esta iniciativa responde a un debate sobre la responsabilidad del presidente para gobernar con un estado de salud mental y física óptimo. “La propuesta se presenta como parte de un debate general sobre responsabilidad, la salud espiritual y física y la capacidad del Presidente de la República para continuar utilizando la autoridad constitucional”, afirmó.
Álvaro Leyva y Presidente Gustavo Petro
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César Melgarejo. Tiempo – X: @alvaroleyva
El ex presidente Iván Duque también se ha hecho eco de esta situación. Wilson Ruiz solicitó que se realice un estudio para determinar “si está tomando decisiones en un estado cambiado de conciencia”. Según él, esto representa una falta muy grave que toda la nación debería investigar con urgencia.
A diferencia de países como Estados Unidos, donde la salud del presidente es considerada un asunto de interés nacional, en Colombia no existe una regulación clara que demande a un presidente someterse a informes médicos o toxicológicos. Aunque la Constitución establece en el Artículo 188 cómo debe ser el ejercicio del cargo de Presidente de la República y los requisitos para su acceso en el Artículo 191, no se contemplan pautas específicas contra este tipo de situaciones.
“La Constitución, a partir del Artículo 188, dirige la forma del Presidente de la República. Artículo 191, los requisitos para el acceso al cargo deben ser colombianos al nacer, más de 30 años y ciudadanos en el ejercicio. No contemplados”, subrayó el ex fiscal Francisco Barbosa.
El abogado Santiago Treschios se atrevió a señalar que “la única forma de garantizar que el presidente esté obligado a someterse a evidencia médica o tóxica es emitir leyes, y el gobierno constitucional probablemente no aprobaría, ya que seguiría una intervención inapropiada en la intimidad del presidente”.
El presidente Gustavo Petro y el ex canciller de Álvaro Leyva.
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La oficina presidencial de la república / archivos privados
No obstante, Gonzalo Araújo, de la firma de análisis Orza, afirmó que “lo que presenta Leyva debería ser suficiente para que el comité de acusación comience una investigación sobre el presidente”. Según Araújo, “el Congreso y el país político no pueden dejar esto en el público Camorra o solamente”.
En cuanto a la interpretación de la normativa legal, los expertos sugieren que la fórmula a considerar sería el Artículo 194 de la Constitución, que establece ciertas incapacidades del presidente por problemas de salud. Dicha circunstancia debería ser confirmada por el Senado; en este contexto, el pasado consumo de drogas podría encajar en reclamos legales según el Artículo 326 de la Ley 5 de 1992, la cual permite que “los informes médicos y las características del certificado permiten al Senado declarar al presidente de la República en el estado de discapacidad física permanente.”
Sin embargo, la pregunta que persiste es si el parlamento actuaría de forma legalmente incierta, aun sabiendo que esto podría reavivar el debate sobre un “golpe suave”. Los expertos ven esta cuestión como fundamental, y dado el actual clima político colombiano, muchos coinciden en una respuesta: “Muy poco probable”.
Carta del ex canciller de Álvaro Leyva al presidente Gustavo Petro.
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Archivo privado
¿Es la conversación de privacidad?
Este dilema lanza un debate crucial sobre el derecho a la privacidad del presidente versus los intereses de la ciudadanía, quienes deberían tener acceso a información esencial sobre sus gobernantes. Este no es un debate trivial.
Como mencionó el abogado Treschios, el asunto es complejo y va más allá de si Gustavo Petro tiene o no problemas de adicción. En este sentido, Jorge Iván Cuervo, profesor y experto de la Universidad External, ha resaltado que “al omitir el caso particular, debe debatirse hasta qué punto llega el derecho a la privacidad del primer presidente”.
Cuervo también enfatiza que parte de esta conversación debe incluir regulaciones sobre temas como pruebas médicas, pues la “insatisfacción, que se confirma en la Constitución, pero no ha tenido ningún desarrollo”. De tal manera, la problematización del consumo potencialmente difícil coloca un asunto de importancia en el centro del debate nacional. Por ello, Cuervo subraya que “debe determinarse qué comportamiento privado acaba por influir en la capacidad de acción pública. Es muy complicado definir ese límite”.
Hernando Herrera, Directora de Excelencia en Justicia, aboga por una mayor transparencia en cuanto a la salud del presidente. Si bien no se exige una ley que lo obligue a someterse a pruebas, sostiene que “la democracia debe tener control sobre el gobierno, asegurando que los ciudadanos tengan información completa y precisa sobre el estado de salud físico y mental de aquellos en posiciones de poder”. Esta apertura es crucial para preservar la confianza en el sistema político.
Gustavo Petro y Álvaro Leyva.
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@Alvaroeyva
Los especialistas opinan que adoptar un modelo similar al estadounidense sería beneficioso; allí, los presidentes se someten a revisiones anuales y hacen públicos sus hallazgos, enviando un potente mensaje de transparencia.
Puedes ver:
Álvaro Leyva señala a Petro de la adicción a las drogas.
Foto:
Juan Sebastián Lombo Delgado
Político