




En un acto de reconocimiento de la responsabilidad del gobierno colombiano ante Cajar, el presidente Gustavo Petro firmó un decreto ordenando la desclasificación inmediata de los archivos del DAS. Actualmente, el material fuente en cuestión se encuentra en los Archivos Nacionales.
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“Aquí hay una orden, no es hasta junio, ya empieza la desclasificación de los expedientes del DAS, no es junio”, dijo el presidente colombiano en el evento para reconocer la influencia del Estado en Cajar. “Esto no será hasta junio, ya que hay un proceso de planificación y anonimato, pero no se deben borrar los nombres de los culpables”. explicó Petro.
Si bien el presidente dijo que la desclasificación sería inmediata, también advirtió que tomaría tiempo ya que tendría que haber un proceso para desclasificar los datos de las posibles víctimas. Sin embargo, el presidente dejó muy claro que los nombres de los perpetradores no se ocultarán de ninguna manera.
La exclusión de los archivos del DAS fue un pedido de distintos sectores, especialmente de aquellos que fueron víctimas de engaños del DAS, que involucraron escuchas telefónicas y vigilancia ilegal por parte del organismo de inteligencia. También ha habido indicios de una posible conexión entre la unidad muerta y el militarismo.
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En concreto, algunas de las víctimas de conductas ilícitas cometidas por el DAS eran afiliados al Cajar. La importancia del anuncio radica en el reconocimiento del gobierno colombiano.
este fue el reconocimiento
El 18 de marzo de 2024, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al gobierno colombiano por promover y perseguir a miembros del Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (Cajar), organización que brinda asesoría jurídica a víctimas de crímenes de Estado. En el evento, el presidente Gustavo Petro firmó y anunció el decreto que levanta “en adelante” los expedientes del DAS.
“Dijeron que pertenecíamos al comunismo internacional y que éramos sus agentes”. dijo en el acto de reconocimiento Eduardo Carreño Wilches, cofundador de la organización que, a un largo año del fallo internacional, recibió un “mea culpa” de la nación.
El caso surgió a pedido del Sistema Interamericano por el acoso y vigilancia sistemática que el país ha utilizado, a través de sus organismos de inteligencia –incluido el extinto DAS– desde la década de 1990 contra defensores de derechos humanos y sus familiares.
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En 2011, esta unidad fue desmantelada tras el escándalo de las “chuzadas” surgidas durante el segundo gobierno de Uribe, incluso directamente contra jueces de la Corte Suprema y miembros de la oposición.
Mediante esta vigilancia ilegal, la Corte Interamericana concluyó que el Estado colombiano viola el derecho a la vida, la integridad personal, la privacidad, la libertad de pensamiento y expresión, la libre determinación a la información, el honor, la responsabilidad jurídica, la libertad de asociación, la libertad de circulación y de residencia.
El fallo es el primero que la Corte Internacional de Justicia determina la responsabilidad del país por la vigilancia ilegal contra organizaciones de derechos humanos y le ordena adoptar un paquete de 16 amplias medidas de reparación. Uno de ellos exigió una limpieza de los archivos de información para garantizar que las víctimas tengan acceso activo a la información y los datos relacionados con ellas. Un debate que continúa hasta el día de hoy, con los expedientes del ex DAS aún clasificados.
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En un acto público de reconocimiento, encabezado por el presidente Gustavo Petro, defensor de derechos humanos y cofundador de Cajar, Rafael Barrios Mendivil aseguró que “la mayoría de las 16 órdenes del fallo de la Corte Interamericana de Colombia vs. Cajar están incumplidas”.
“La importancia de esta sentencia radica, entre otras cosas, en que el poder militar está subordinado al poder civil en un Estado social de derecho. Las leyes sobre espionaje y contrainteligencia deben adaptarse a los estándares internacionales, de modo que el control judicial se lleve a cabo a través de métodos o acciones de seguimiento de personas y preservación de datos”. añadió.
El presidente Gustavo Petro fue el encargado de pedir perdón como jefe del Estado colombiano. El primer presidente, que tuvo que disculparse en nombre del Estado, habló de una “paradoja”. “Debo pedirle disculpas en nombre de las muchas personas que también me victimizaron.
Tras la polémica intervención, las víctimas del grupo presente en el acto pidieron “respeto” a la causa que se defiende. El presidente respondió que “habla desde el corazón”.
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El presidente se centró luego en el discurso, hablando de la estigmatización de los sindicatos y de la “normalización” de los abusos contra los derechos humanos. “Este es un país donde los defensores de derechos humanos fueron asesinados deliberadamente (…) Los culpables del genocidio en Colombia no piden disculpas y no puedo decir esa mentira en mi nombre ni en el del Estado”, dijo el jefe de Estado.
Y añadió: “En nombre del Estado que aún no está aquí, pido disculpas por lo que hizo un Estado genocida en Colombia”. Garantizó que empezó a desclasificar los archivos DAS ahora.
#colombiaen5 Se mantiene sólida la consulta con el tratado histórico Imagen:
JUAN SEBASTIÁN LOMBO DELGADO
Escritura política