Luego de publicar una carta en 2018, que fue manejada por el líder venezolano de Benjamín Netanyahu y Mauricio Macri, el presidente Gustavo Petro matizó y confirmó que Colombia está involucrada en el diálogo y no en intervenciones militares.

El presidente Gustavo Petro aclaró la noche del sábado 11 de octubre que sus declaraciones sobre la relación de la recién asignada María Corina Machado y los líderes internacionales no significan una defensa de Nicolás Maduro. La explicación se produjo luego de que el presidente publicara en su cuenta X una carta firmada por Machado en 2018 y luego enviada al primer ministro de Israel y al expresidente argentino.

Petro afirmó que su intención era cuestionar el llamado a apoyo externo que, a su juicio, podría abrir la puerta a esfuerzos armados. Al mismo tiempo, dejó claro que Colombia no apoyará ni promoverá medidas militares contra Venezuela y que su posición se centra en promover procesos de diálogo entre los venezolanos, sin excepción.

Aviso de distancia y regional
El presidente pidió explícitamente a Machado que se distanciara del apoyo que, según él, provendría de cifras vinculadas a políticas en conflicto. Insistió en que toda estrategia que considere el uso de la violencia contra Venezuela sería, a su juicio, contraria a la paz en la región y con consecuencias negativas para toda América Latina y el Caribe.

Compromiso con el diálogo
En su mensaje, Petro confirmó que Colombia ayudará a facilitar las conversaciones internas en Venezuela y que rechazará soluciones basadas en la intervención externa. El presidente insistió en que la forma de ayudar al pueblo venezolano sea implementada y no mediante una escalada bélica.

Reacciones y contextos
La publicación del presidente tomó fuerza en medio del debate internacional sobre el Premio Nobel de la Paz que se le otorgó a Machado y la polémica sobre su banda con músicos extranjeros en los últimos años. La aclaración de Petro tiene como objetivo aclarar su postura ante las críticas sobre su postura ante el gobierno venezolano y su relación con los actores diplomáticos internacionales.

La sección suma un nuevo capítulo a la tensión regional sobre la mejor fórmula para enfrentar la crisis venezolana, donde se requieren presiones internacionales y sugerencias que se centren en el diálogo y la mediación.