



En la ley llena de simbolismo y tarea histórica, el gobierno nacional a través del Ministerio de Agricultura y la Agencia Nacional de Tierras (ANT), La propiedad de 210 propiedades en 11 municipios de Sucre y Córdoba fue formal.
Esta entrega, calificada como los títulos más grandes para entidades de derecho público en la historia reciente del país, se llevó a cabo en Corazón de las montañas de María, Una región cuyo nombre causa belleza natural y dolor profundo del conflicto armado colombiano.
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Tierra para campesinos de Montes de María Foto:HORMIGA
La formalización de aquellas tierras donde las escuelas rurales, los centros de salud, los espacios deportivos, las habitaciones comunes y los acueductos se extienden hoy, es, según la Agencia Nacional de Tierras (ANT), que condujo a la entrega, el primer paso para desbloquear las inversiones estatales en infraestructura social y medida directa de reparaciones de la comunidad, que fueron víctimas de reasentamiento y violencia.
Al evento que tuvo lugar en Ovejas (Suckre) asistió el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Martha Carvajalino y Adjana Directora de la Administración de Tierras Antiguas, Lina Salcedo. Ambos funcionarios acordaron que esta acción es una materialización de la participación de este gobierno en “construir la paz a través de la reforma agrícola” en el último episodio de su mandato.
“No podemos olvidar lo que sucedió porque lo que sucedió debe ser una plataforma para la esperanza y la vida.
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Montes de María
Tierra para campesinos de Montes de María Foto:HORMIGA
La formalización de estas 210 propiedades se registra directamente en el plan de devolución, reubicación y reparación de más de 255,000 víctimas oficialmente reconocidas en la región de Montes de María. Para comprender la importancia de esta entrega, es necesario recordar la geografía y la historia de la violencia, que marcó esta área.
Montes de María es un bajo nivel de una cadena montañosa que incluye los territorios de los departamentos de Sucre y Bolívar y se extiende a Kórdoba. Su ubicación estratégica, cerca del mar del Caribe y dotada de tierras fértiles, históricamente la convirtió en un corredor clave del tráfico de drogas, el contrabando y el control territorial, así como en el epicentro campesino que luchan por el suelo.
A finales de la década de 1990 y a principios de 2000, esta región se convirtió en la etapa de las peores atrocidades cometido por grupos paramilitares, principalmente Heroes de bloque de Montes de María y Bolívar Bloque Central de las Fuerzas de Colombia United Selffense (AUC).
Estos grupos, bajo el mando de comandantes como Salvatore Mancuso, emprendieron una brutal campaña de terror, cuyo objetivo era dos veces: controlar formas estratégicas de tráfico de drogas y desmantelar campesinos de sus tierras para brindar beneficios a los agricultores locales y la agricultura.
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Tierra para estudiantes de Montes de María Foto:HORMIGA
El terror paramilitario de modus operandi alcanzó el punto más alto de la serie Massacre, que se registraron en la memoria nacional:
1. Masacre Pichilín (Sucre, 1996): Aunque antes del auge paramilitar completo significaba el comienzo de una espiral de violencia.
2. Masacre de Masayepo (Bolívar, 2000): uno de los crímenes más terribles en los que paramilitares torturó y asesinó a una docena de campesinos. El horror trató de generar un desplazamiento enorme y final, vaciando el territorio para el control criminal.
3. Masacre Chengue (Sucre, 2001): En un día, se mataron docenas de campesinos, y las casas fueron quemadas para asegurarse de que nadie regresara.
Estos actos de violencia sistemática y expropiaban el desplazamiento de miles de familias, dejando el territorio con una profunda herida social y económica. La falta de la presencia del estado y los militares para detenerse, pero para no evitar el terror, fue permanente que duró años. La tierra de Montes de María se convirtió en sinónimo de abandono e impunidad.
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Herramienta de reparación
Tierra para campesinos de Montes de María Foto:HORMIGA
Entrega de los títulos de bienes raíces actuales en municipios como ovejas, Caimito, Morroa y Tolú en Sucre, un canalete, Montería, Planet Rica, Puerto Libertador y San Bernardo del Viento en Córdoba, invierten la lógica del vertedero. La formalización de estas 210 propiedades para entidades públicas significa que los edificios y la tierra en las que vive la comunidad ya no puede ser objeto de disputas, invasión o nueva violencia.
La subdirectora de la hormiga Lina Salcedo Lina, enfatizó la importancia de este logro: “Esta es la entrega más grande para las entidades públicas que hemos creado en este país. Traer certeza legal a los territorios permite a las comunidades regresar y arreglar todas las continuaciones dejadas por la guerra”.
Balance del segundo día de la convención #fasecolda2025 Foto:
Previamente, La falta de títulos evitó que los alcaldes invirtieran recursos en infraestructura socialPorque no era legalmente. Con formalización:
• 91 propiedades para escuelas rurales.
• 29 propiedades para centros de salud rurales.
• 44 propiedades para espacios deportivos.
• 24 Propiedades para el Salón Municipal y la sede de la acción municipal principal.
• 22 Propiedades para cementerios y acueductos.
La puerta se abre a la implementación de proyectos de alta entrada. El alcalde de Ovejas, Mario Ricardo Rodríguez, confirmó esto: “Esta entrega nos permitirá crear los proyectos financieros necesarios en educación, salud, recreación y deporte, por parte de las administraciones locales”.
Esta acción se suma a Entrega previa de 200 propiedades a entidades públicas en la misma región hace dos meses, Demostrando un ritmo acelerado, que las hormigas impusieron a la estabilidad y bien en las montañas de María, transformando Escenarios de conflicto antiguos en bases sólidas para construir una habitación territorial. En este contexto, el título de propiedad es un sello indeleble de esperanza y dignidad.
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Documento del periodista Jineth Bedoy. Foto:
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