María Cristina Bravo, una figura clave de los Chicaneros, reveló a través de Instagram que enfrenta un diagnóstico de cáncer en estadio uno. En un video grabado con su esposo Nelson y su hijo Nicolás, dijo que ya se sometió a una cirugía para eliminar la masa detectada y que comenzará un tratamiento preventivo con radioterapia y terapia oral. La dura confesión de la madre de Chicaneros después de ser diagnosticada con cáncer.

“No me sentí preparado para hablar sobre esto, pero hay momentos en que tienes que liberar. Hay miedo, no de los médicos, sino de lo incierto. Y también hay gratitud, porque lo detectamos a tiempo”, dijo sinceramente.

Altibajos emocionales en el medio del proceso

Cristina dijo que este año ha sido emocionalmente desafiante. La enfermedad la obligó a ingresar a una etapa de introspección, cada vez más reservada. “Hay días en los que digo ‘Tenemos éxito’, pero también hay momentos en los que rompo. Esto no ha sido fácil, pero continuamos”, explicó con lágrimas contenidas.

Video de Chicaneros explicando la situación.

Su testimonio generó una avalancha de mensajes de apoyo de sus seguidores, quienes destacaron su coraje de compartir noticias tan íntimas con millones de personas.

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El apoyo incondicional de sus seguidores

Miles de mensajes de aliento llegaron después de la publicación. Los usuarios en las redes expresaron su admiración y aseguraron que sus oraciones están con ella. Algunos incluso destacaron la importancia de convertirse en controles médicos y autoexaminados en el tiempo.

“Gracias por abrir tu corazón. Estás acompañado y tu fuerza inspira”, escribió un seguidor.

Familia famosa en las redes sociales Los chicaneros.

Por ahora, la familia no ha confirmado si el tratamiento continuará en Colombia o Estados Unidos. La verdad es que Cristina no está sola: su familia y su comunidad digital la apoyan en cada paso.

Cristina pelea con esperanza. Su familia la acompaña. El tratamiento ya ha comenzado. El mensaje es claro: detectar vidas a tiempo. Su historia no es solo personal. Es una llamada para cuidar y no temer hablar.