En medio de la creciente crisis nacional en Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Nacionales del Ecuador (Conaie) denunció que el gobierno de Daniel Noboa haya desplegado lo que califican como una “operación militar encubierta” durante la cobertura de una convocatoria humanitaria.
Según la Conaie, mientras miles de indígenas kichwa de la Sierra Norte (entre ellos Karanki, Kayambi, Natabuela y Otavalo) marchaban pacíficamente, un convoy compuesto por más de un centenar de vehículos blindados con militares y policías se desplazaba hacia la provincia de Imbabura. Afirman que este grupo ingresó al territorio del pueblo Karanki en la zona Esperanza Y utilizaron gases lacrimógenos -tanto desde tierra como desde el aire- que causaron daños a viviendas y a residentes, incluidos mujeres, niños y ancianos.
También indicaron que al menos 21 personas resultaron heridas, entre ellas una mujer afectada en la cabeza, y que al menos cuatro fueron detenidas durante las protestas. Para los indígenas, el gobierno habría utilizado las condiciones del “convoy humanitario” como fachada para aplicar la fuerza militar en territorios donde se pide diálogo y soluciones estructurales, no opresión.
El director ejecutivo respondió afirmando que la transmisión fue para distribuir apoyo social a las comunidades afectadas por el cierre de carreteras en relación con el paro nacional, y que la presencia de militares y policías tiene como objetivo restablecer el orden, los bloqueos y la tensión, y también acusa a algunos manifestantes de realizar actos violentos.
La acusación de una “operación militar encubierta” profundiza la polarización del conflicto social, que ya incluye protestas masivas por el aumento del costo del combustible, exigencias de diálogo con los pueblos indígenas, denuncias sobre violaciones de derechos humanos y llamados urgentes a organismos nacionales e internacionales para monitorear las medidas estatales.
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