El arte colombiano cruzó fronteras y llegó a Asia con fuerza, color y tradición. En la Expo Osaka, uno de los escenarios culturales más relevantes del mundo, Colombia estuvo representada por un colectivo de artistas encabezado por la maestra artesana Dayra Benavides y el cantautor nariñense Lucio Feuillet, quienes llevaron el espíritu del Carnaval y la identidad del sur del país a Japón.

La actuación combinó música, danza y arte popular, en una vibrante muestra de lo que significa ser latinoamericano. Acompañado de músicos como Harbey Ureña, Nancy Bass, Rafa Lozina y Juan Sebastián Tehortúa, y de profesoras de danza y artesanos como Doris Benavides y Mónica Benavides, el equipo ofreció una presentación que cautivó al público internacional.

El proyecto, apoyado por la Cancillería de Colombia y la Embajada en Japón, fue más que una exposición artística: fue una afirmación de raíces, comunidad y resistencia cultural. La creación visual del cartel estuvo a cargo del artista Diego David Portilla, quien aportó una poderosa estética a esta representación.

Con zapateos, cantos y alegría, Colombia dejó su huella en Osaka. Una vez más, el arte nariñense demostró que la cultura vive, transforma y emociona, sin importar la distancia.