
El movimiento islamista Hamas declaró el martes que “no tiene sentido” seguir negociando con Israel, justo un día después de que el gobierno de Benjamin Netanyahu anunciara un ambicioso plan para la “conquista total” de la Franja de Gaza. A través de sus declaraciones, el grupo acusó directamente a Israel de llevar a cabo crímenes de guerra, llamando a la comunidad internacional a actuar de inmediato y a intervenir en la crisis. Esta postura llega en un momento en el que la situación en Gaza se ha agudizado con la reciente ofensiva israelí, lo que lleva a Hamas a romper todas las negociaciones existentes.
Basem Naim, un líder prominente del grupo palestino, enfatizó que no habrá conversaciones mientras persista lo que él denomina la “Guerra de Hambre y Extinción”. Además, Naim criticó el asedio que Israel mantiene desde marzo, lo que ha bloqueado la entrada de la necesaria asistencia humanitaria a la región, provocando una crisis humanitaria de magnitud alarmante.
“El mundo debe presionar al gobierno de Netanyahu para detener la masacre”, exigió Naim, haciendo un llamado urgente a la acción.
El plan israelí: ofensivos totales, cambios forzados y control militar
El nuevo plan del gabinete de seguridad israelí propone una serie de medidas que superan el control del enclave palestino, con un enfoque en la toma de territorios estratégicos y un desplazamiento masivo de la población civil en el sur de Gaza. Este ambicioso objetivo incluye la destrucción de la capacidad militar de Hamas y la implementación de medidas que impidan que el grupo utilice la ayuda humanitaria en su beneficio.
Según los portavoces del ejército israelí, esta operación se llevará a cabo en varias fases, iniciando con la ocupación de áreas estratégicas, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (IED) mantendrán presión constante sobre los núcleos de resistencia palestina.
“La intención es evitar que Hamas continúe operando y controle directamente la distribución de ayuda”, afirmó un alto mando israelí en declaraciones recientes.
Este anuncio ha generado alarmas en diversas organizaciones y gobiernos internacionales, incluyendo a naciones como Francia y China, que han solicitado el fin inmediato de cualquier ayuda ofensiva y han instado a permitir la llegada de ayuda humanitaria de manera libre y sin restricciones.
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Rehén, víctimas civiles y protestas internas: un conflicto que se desplace; Israel: Hamas rompe todas las negociaciones después del anuncio de la ofensiva israelí en Gaza
La expansión militar ha suscitado una creciente preocupación entre las familias de los 59 rehenes que aún están bajo la custodia de Hamas. Estas familias advierten que las acciones del gobierno están poniendo en riesgo la vida de sus seres queridos, lo que podría cerrar la última oportunidad para un acuerdo de liberación. En este contexto, la urgencia de su situación se vuelve cada vez más palpable.
“Para nuestras familias, no hay victoria sin volver”, dijeron, expresando su angustia y carencia de opciones frente a la situación.
Al mismo tiempo, cientos de ciudadanos israelíes han tomado las calles de Jerusalén, exigiendo un alto el fuego inmediato. Estas protestas han estado marcadas por críticas al gobierno, acusándolo de haber llevado a cabo una operación militar que ha puesto en peligro no solo a los rehenes, sino a la población civil en general.
La ONU ha respondido con una creciente alarma. El Secretario General, António Guterres, ha advertido sobre el riesgo de un “increíble número civil” y un desastre humanitario de proporciones alarmantes si las hostilidades continúan sin cesar.