
En un mundo donde la comunicación efectiva se ha vuelto cada vez más esencial para la interacción social, la oratoria ha evolucionado de ser una habilidad deseable a convertirse en una necesidad imperante. En este contexto significativo, la academia del Parlamento llevó a cabo con gran orgullo la graduación de una nueva generación de oradores en el emblemático Paraninfo de la Universidad de Nariño, ubicado en Pasto. Este evento no se limitó a ser una mera ceremonia, sino que se transformó en una auténtica celebración del poder que posee la palabra.
Los graduados de esta promoción han recibido una formación que abarca mucho más que simples técnicas de discurso; han asumido un papel social fundamental en el ámbito de la comunicación: son la voz de aquellos que aún no han encontrado la suya. Su proceso educativo en oratoria no solo representa un aprendizaje técnico, sino que simboliza también un ejercicio profundo de confianza, liderazgo y empatía. Durante sus intervenciones, se observó una convicción clara en cada uno de ellos: utilizar la palabra de manera efectiva no solo significa persuadir, sino que tiene el poder de transformar realidades y dar sentido a nuestras experiencias colectivas.
El acto de graduación estuvo abierto al público y sirvió como una plataforma vibrante, diseñada para demostrar cómo el arte de hablar en público puede inspirar y motivar a otros. Cada discurso fue una espectacular muestra de pasión y talento; al mismo tiempo, cada intervención sirvió como un recordatorio palpable del impacto que puede tener una voz segura en un entorno donde a menudo reina el ruido y la confusión. La relevancia de este evento radica no solo en la celebración de los graduados, sino también en la necesidad urgente de voces que se levanten y sean escuchadas.
Asimismo, el día se enriqueció con talleres y espacios de colaboración, permitiendo que los jóvenes participantes exploraran nuevas formas de expresión. Estas actividades conectaron la oratoria con otras disciplinas artísticas, como el rendimiento y la actuación. Esta integración subraya que el lenguaje hablado no es únicamente un medio de comunicación, sino que también debe ser apreciado como una forma de arte y cultura, que puede tocar y transformar vidas.
La Universidad de Nariño, a través de la promoción de iniciativas como esta, reafirma su compromiso inquebrantable con la formación integral de los jóvenes y el fortalecimiento del tejido cultural de la región. En un tiempo en que el diálogo y la expresión se convierten en herramientas efectivas para el cambio social, la formación de oradores se vuelve crucial en la capacitación de líderes, ciudadanos activos y agentes de transformación, capaces de influir positivamente en su comunidad y más allá.