
En Bucaramanga la Policía junto a la Secretaría del interior realizó un mega operativo en el que se descubrió un matadero clandestino que operaba en el barrio Girardot.
En este lugar se encontraron nueve equinos en estado crítico. El procedimiento, articulado entre la Inspección de Protección a la Vida y la Unidad de Bienestar Animal (UBA), reveló condiciones de hacinamiento, maltrato y riesgo extremo para los animales.
Los caballos, rescatados bajo la aplicación de la Ley Ángel, fueron trasladados a la UBA, donde actualmente reciben atención veterinaria especializada. Según el reporte oficial,
“Los animales presentaban signos evidentes de desnutrición, lesiones y estrés severo”, dice la secretaría del interior.
Este hecho prende las alarmas sobre las redes ilegales de comercialización de carne equina, pues fue una incautación de más de 380 kilos. Además, se conoció que se estaría comercializando la carne de burro y caballo haciéndolas por res al aplicarle colorantes para que den un tinte distinto.
Las autoridades hallaron cerca de 380 kilos de carne de caballo. Foto:X: @ALCBolivar
¿Qué dificultades tiene para la salud?
Ante recientes hallazgos de mataderos clandestinos en Bucaramanga, el veterinario y decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agropecuarias de la Universidad de Santander (UDES), Albeiro Patiño Herrera, emitió una contundente advertencia sobre lo peligroso de consumir carne de caballo sin regulación sanitaria.
Según el experto, “puede transmitir una serie de macroorganismos, virus, bacterias, parásitos que afectan la salud de las personas que lo consumen, las condiciones higiénicas deben ser perfectas, todo animal debe sacrificarse en un lugar regularmente autorizado”, dice el experto.
Caballos Lipizzan. Foto:AFP
Uno de los focos de alerta está en la manipulación inadecuada del producto, especialmente cuando los equinos son sacrificados en mataderos diseñados para bovinos.
En estos casos, Patiño asegura que se deben aplicar protocolos estrictos de desinfección antes y después del proceso.
La conservación también es clave. El decano advierte que, debido al alto contenido de agua y proteína en la carne equina, esta “se deteriora fácilmente” si no se mantiene la cadena de frío o se manipula incorrectamente, lo que puede provocar contaminación con agentes nocivos para el consumidor.
La carne equina era comercializada en el mercado. Foto:iStock
Otro riesgo señalado es la alteración del aspecto de la carne equina en los puntos de venta.
“Se han utilizado sustancias para modificar el color rojizo característico del caballo y hacerlo parecer carne bovina”, reveló Patiño, lo que dificulta a los consumidores distinguir entre ambas.
Melissa Múnera Zambrano
Corresponsal de EL TIEMPO – Bucaramanga
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