
En medio de un escenario global marcado por la tensión y la incertidumbre, en especial en lo que se refiere a la guerra tarifaria que afecta a diversas naciones, el presidente Gustavo Petro ha llegado a Beijing con la misión de buscar la adhesión de Colombia a la iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China. Este ambicioso programa promovido por el gigante asiático tiene como objetivo expandir su influencia y fortalecer las relaciones comerciales con países de todo el mundo.
Uno de los objetivos clave durante esta visita es la firma de un memorando de entendimiento el miércoles, aunque el alcance y las implicaciones de este acuerdo aún no son del todo claros, sentando así la base para una posible integración en el futuro. La decisión final sobre la adhesión a este proyecto de cooperación económica dependerá del próximo gobierno colombiano. Además, este encuentro se llevará a cabo en el marco de la cuarta reunión ministerial de Celac-China, donde participarán 17 ministros de relaciones exteriores y tres presidentes: Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric.
El presidente Gustavo Petro viajó a Cartagena para unirse al Congreso Federicipal. Foto:Joel González. Presidencia
“Voy a firmar la ruta de la seda, la carta de intención”, declaró el mandatario el martes, justo después de establecer un comité asesor que incluye a su ministro de Asuntos Exteriores y a destacados ex presidentes, líderes y parlamentarios.
Gustavo Petro, Presidente de Colombia: “Hablemos de ti, no me voy a arrodillar”
El presidente Petro enfatizó que no planea dialogar con Xi Jinping en contra de “los intereses de la gente” y que, por el contrario, “vamos a hablar de ti, no me voy a arrodillar”, manifestando así su postura frente a las negociaciones.
A pesar de su firmeza, miembros de la comunidad empresarial han expresado su deseo de entender qué significaría realmente esta iniciativa en términos comerciales, ya que los datos actuales reflejan un notable desequilibrio. En 2024, las exportaciones de Colombia hacia China apenas alcanzaron los $2,377 millones, mientras que las importaciones desde el país asiático sumaron $15,936 millones, lo que resulta en un saldo comercial negativo superior a $13.5 mil millones.
Presidente Petro en su último viaje a China. Foto:Capturas de pantalla. Embajada china con cortesía.
“China tiene un interés significativo en nuestras exportaciones, pero no está claro en qué condiciones podemos trabajar con esta iniciativa. El país asiático se limita principalmente a comprar materias primas, como petróleo, carbón y Ferronic. Necesitamos evaluar cuidadosamente lo que están dispuestos a comprar”, comentó Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Asuntos Exteriores (Analdex).
Maria Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Americana de Comercio Colombo (Amcham Colombia), enfatizó que cualquier decisión debe centrarse en corregir el asimétrico actual, proteger a industrias de alto rendimiento y garantizar una comunicación bilateral que responda a los intereses estratégicos de Colombia.
Se considera que este movimiento por parte del gobierno representa una oportunidad histórica para diversificar los negocios. “China es un actor equilibrado en la economía global. Actualmente, todos los países de América Latina y el Caribe están muy interesados en fortalecer relaciones comerciales con ellos”, añadió Mauricio Jaramillo Jassir, viceministro de relaciones exteriores.
No obstante, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, algunas voces son cautelosas respecto a este acercamiento. Aunque están obligados a seguir las directrices del presidente, existe una inquietud generalizada sobre los posibles riesgos.
De hecho, el propio presidente Petro había manifestado su deseo de formalizar este acuerdo con Beijing en octubre de 2023, casi dos años atrás, sin embargo, el ex canciller Álvaro Leyva, quien ahora se ha convertido en un adversario significativo, habría obstaculizado sus intentos de establecer “alianzas estratégicas” que, según Petro, resultaron ser “verdaderamente inútiles”.
Fue solo un año después, en octubre de 2024, durante una visita de Luis Gilberto Murillo, el ex canciller que posteriormente se ocupó de Asia, que se formalizó la propuesta para crear un grupo de trabajo que facilitara las negociaciones relacionadas con el memorando de entendimiento. Sin embargo, varias circunstancias, incluyendo cambios en la administración del Palacio de San Carlos y la crisis arancelaria generada por Donald Trump, provocaron la paralización de estos esfuerzos justo al inicio de la presidencia de Petro.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Foto:AFP
¿Cuál será el impacto en las relaciones con Estados Unidos tras los métodos chinos?
El debate ha tomado un rumbo que pone en cuestión las implicaciones que esto podría tener para la relación con Washington. Según Eduardo Velosa, director de la Maestría en Estudios Internacionales de la Universidad de Javeriana, desde la óptica de Trump, cualquier enfoque chino sería recibido con desconfianza, especialmente si se trata de un socio tradicional como Colombia. “El trabajo del Ministerio de Asuntos Exteriores debe enfocarse en dos líneas esenciales: la protección de las comunicaciones y llevar a cabo negociaciones con China que no toquen temas sensibles de política regional”, comentó Velosa. En particular, se refirió al Canal de Panamá, que en otro momento obligó al gobierno de Raúl Mulino a cancelar la ruta de la seda debido a inconvenientes diplomáticos con China.
El embajador chino habla sobre Petro, Trump y Maduro. Foto:
Con respecto a la posible adhesión de Colombia a la iniciativa, Mauricio Claver-Carone, un mensajero especial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Estados Unidos para América Latina, advirtió que este enfoque podría tener un impacto negativo en el comercio colombiano. “El viaje del presidente Gustavo Petro a China representa una oportunidad para las rosas de Ecuador y el café centroamericano”, declaró de manera contundente.
Hoy en día, el 30 por ciento de las exportaciones de Colombia están dirigidas hacia Estados Unidos, siendo los principales productos vendidos a los gigantes estadounidenses el aceite, flores, café, aluminio y frutas, entre otros. Debido a esto, diversas entidades ya han comenzado a discutir los posibles efectos negativos de esta nueva dirección comercial.
“Abordar la ruta de la seda sin considerar las repercusiones en las relaciones con Estados Unidos podría resultar en errores significativos, además de incrementar la dependencia política de Colombia con respecto a China”, expresó el exministro Mauricio Lizcano.
Juan Pablo Penagos Ramírez
Periodista de políticas