
El clima político en Colombia se torna cada vez más polarizado. En este contexto, como uno de los momentos más intensos de los últimos años, el 1 de mayo, El presidente Gustavo Petro presentará la consulta popular en el Senado. Esta consulta busca revivir las propuestas para la mejora laboral que, en su momento, fracasaron en el parlamento, generando un ambiente de tensión y debate en la política colombiana.
A pesar de que el secretario general reclama la existencia de regulaciones que resguarden los derechos de los empleados, la oposición y diversas industrias independientes ven esta consulta como un movimiento que se vincula directamente a las elecciones de 2026, lo que añade una capa extra de complejidad a la situación.
Instalación del Comité “SI” de consulta popular en soledad. Foto:Presidencia
El ministro del interior, Armando Benedetti, al referirse a la situación, utilizó el término “Papaya” el viernes pasado, aludiendo a la importancia de lo que está en juego. Aunque posteriormente matizó sus palabras aclarando que no estaba hablando de “Mini re-selección en el sentido de reelección, pero del deseo de que las reformas sociales continúen gracias a la voluntad de la gente de escuchar”.
No obstante, sus declaraciones encendieron luces de alerta en torno al proceso, que además implicará un costo aproximado de 700,000 millones de pesos en la preparación para las elecciones. Este hecho no ha pasado desapercibido, generando críticas por parte de analistas y ciudadanos.
Jairo Libreos, especialista y profesor, ha declarado que “Para el gobierno de Gustavo Petro, la consulta popular es activar la campaña presidencial”. Esta afirmación refleja la percepción de que la consulta puede ser un medio para movilizar recursos y apoyo en un contexto electoral cada vez más competido.
En una conferencia de prensa, Armando Benedetti y Antonio Sanguino presentaron preguntas sobre la consulta. Foto:SERGIO ACERO / EL TIEMPO
No solo los opositores al gobierno han expresado sus dudas; voces dentro de la Iglesia Católica también han manifestado preocupación. Ante la reciente muerte del Papa Francisco, se han alzado críticas desde diversos sectores sobre la forma y el momento en que se está llevando a cabo esta consulta.
“No parece sabio hacerlo en medio del entorno de prevención. La proximidad de las elecciones y la implementación de la consulta popular pueden resaltar la gravedad y la visión del país tanto en la consulta como en las elecciones. Nos aplastamos un poco de salud por un poco de salud.” Así lo señaló Luis José Ruedio Kardinal, líder de la jerarquía eclesiástica de Colombia, en una conversación con Yamid Amat.
El país se encuentra en un momento crítico, ya que varios sectores advierten sobre una nueva división que amenaza con repetir las viejas polarizaciones. La experiencia del plebiscito por la paz aún resuena, dejando secuelas que podrían influir en el actual debate.
Ministros de trabajo, Antonio Sanguino, y en interiores, Armando Benedetti. Foto:Sergio Acero Yate. Tiempo
El discurso de los líderes políticos, incluyendo al propio presidente, ha adquirido un tono más agresivo, especialmente en lo que respecta al Parlamento y su presidente, Efrain Cepeda del Partido Conservador. En un discurso encendido en Soledad, Atlántico, donde se instauraron los primeros “comités de sí” para la consulta, el mandatario no dudó en calificar al legislador con términos despectivos.
Tal actitud ha desencadenado una ola de reproches y llamadas al respeto desde diferentes fuerzas políticas, las cuales reclaman la necesidad de mantener la dignidad y la separación de poderes. Además, las tensiones han aumentado al considerar que el Senado será el encargado de decidir si se permite a los colombianos votar en la consulta o si el gobierno deberá buscar nuevas alternativas. Esto muestra la frágil situación de Petro y sus aliados.
A pesar de que es absolutamente constitucional que el presidente presente esta consulta popular, también se enfrenta a la negativa del Senado, que se interroga sobre los efectos que esto podría tener para el país.
El panorama legislativo se ha visto influenciado, dado que dos propuestas han tomado fuerza para evitar que la consulta avance a pesar de que podría brindar derechos laborales mejorados. Uno de los enfoques planteados proviene del Partido Liberal, que ha presentado su agenda de mejoras laborales que incluye 100% del salario dominical y recargos festivos y nocturnos a partir de las 19 pm, dos aspectos que parecen contar con el apoyo de algunos sectores empresariales.
Por otro lado, también se discute la posibilidad de revivir la deteriorada propuesta laboral pero con clarificaciones específicas que dejen explícitos los derechos de los trabajadores. Aunque esto podría ser complicado, aún existe margen para negociaciones y acuerdos.
No obstante, muchos en el poder legislativo no ven viable una solución rápida, dado que cualquier propuesta debería contar con la consulta de la comisión pertinente. Las proyecciones son inciertas; si bien algunos sectores apoyan las propuestas laborales, no existe un consenso claro que permita avanzar.
“Hoy en Casa de Nariño, no hay lugar para la solidaridad o la mesa para un tratado nacional. La suerte está en juego. Y la oposición política sabe que utilizará las leyes liberales para contrarrestar las intenciones de la consulta de Petraist, en un esfuerzo por descarrilar las reformas laborales”. Esta observación la realizó un experto que prefirió mantenerse en el anonimato.
Estas son 12 preguntas sobre la consulta popular del gobierno. Foto:El ministerio del interior
Benedetti, en cuanto a su posición, sugiere que tanto la reforma como la consulta liberal pueden coexistir. Sin embargo, enfatiza que no se puede silenciar la voz de la ciudadanía, reclamando mayor participación y representación en el proceso político.
Dudas legales
Del mismo modo, el debate político está manchado de incertidumbres legales. Por ejemplo, la instalación de los “Comités SI” plantea preguntas sobre la legalidad y el cumplimiento de las normas establecidas en la Ley Estatutaria 1757 de 2015, que estipula que solo se puede realizar una campaña cuando se efectúa un llamado formal.
Las preocupaciones también se extienden a cómo se estructuran las preguntas de la consulta y su legitimidad, ya que se prevé que si el Senado da aprobación, es probable que se presente una demanda que termine en manos de la Corte Suprema.
Armando Benedetti y Antonio Sanguino cuando promueven el foro de consulta popular Foto:Sergio Acero. Tiempo
“Hemos caído en el error de mezclar problemas que son de uno y otro.” Advirtió una fuente desde la Corte Suprema, que prefirió no revelar su identidad para evitar conflictos de interés.
El ex magistrado Alejandro Linares sostiene que la consulta no ha sido convocada de manera adecuada, argumentando que no se trata de ofrecer a los votantes opciones equivalentes, sino de promover lo que el gobierno ha impuesto con vehemencia, buscando continuar su agenda.
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#Politiquando con Maria José Pizarro. Foto:
Mateo García Agudelo
Subordinado político