







El mundo entero dirigirá su atención hacia Roma en un momento crucial cuando los 133 Cardenales se reúnan a puerta cerrada en la emblemática Capilla Sixtina para llevar a cabo la elección del sucesor del Papa Francisco, quien falleció a la avanzada edad de 88 años tras sufrir un derrame cerebral. Este evento, conocido como cónclave, es uno de los rituales más solemnes y esperados de la Iglesia Católica.
Luego de la ceremonia inicial conocida como “feria profesional que elige pontificio”, todos los votantes se trasladarán a la Capilla Sixtina para rendir un juramento, un acto que simboliza la importancia y la seriedad de su misión. Se ha informado por parte de la prensa del Vaticano que la Capilla Sixtina estará adornada con 12 mesas de madera alargadas, todas vestidas con dos manteles de terciopelo rojo y uno beige, dispuestos en una elegante forma de U para facilitar la votación.
En el interior, 133 sillas forradas en terciopelo rojo estarán alineadas, y cada puesto contará con una tarjeta que identificará el apellido del respectivo cardenal votante. Además de los votos, los Cardenales tendrán a su disposición una copia de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, la cual fue promulgada en 1996 por San Juan Pablo II y que establece las normas para el proceso de elección papal.
La identidad del futuro papa se presenta como un gran enigma en este cónclave, que diversos expertos anticipan será un proceso abierto con numerosos candidatos potenciales, sin un favorito claro para asumir el liderazgo. La reciente pontificación del reformista jesuita argentino, Francisco, trajo consigo tanto alegría como divisiones dentro de la iglesia, lo que añade otro nivel de complejidad a esta elección.
“No todos los jóvenes que llegan tienen necesariamente nuestros mismos valores, pero eso no debe cerrarnos a la posibilidad de diálogo,” comentó la mexicana Verónica de García a la AFP sobre la dinámica en el Vaticano. Esto ilustra el ambiente de expectativa y debate que rodea la elección.
En una entrevista concedida al periódico italiano Corriere della Sera, el cardenal y arzobispo de Argel, Jean-Paul Vesco, indicó que hay “al menos cinco o seis” personalidades viables en la contienda, citando que es difícil pensar que uno de ellos prevalezca claramente sobre los demás.
“No hay nadie para ‘aplastar’ a otros, nadie puede pensar: será él,” agregó el cardenal.
Primeras fotos antes del cónclave:
La Capilla Sixtina, adornada en la noche con una atmósfera de solemnidad, muestra filas de asientos decorados con telas marrones y rojas, en las que se inscriben los nombres de los cardenales. A partir de las 3:00 p.m. (13:00 GMT) del miércoles, las comunicaciones telefónicas serán cortadas en el Vaticano para asegurar la privacidad de las discusiones sobre la elección.
Durante el cónclave, los “príncipes de la iglesia” se verán obligados a desconectarse completamente de sus teléfonos, redes sociales y medios de comunicación, garantizando así el secreto de los deliberaciones concernientes a la elección del nuevo pontífice.
En la cercana Plaza de San Pedro, miles de fieles estarán a la espera de observar el humo blanco que saldrá de una chimenea instalada en el techo de la Capilla Sixtina, un signo tradicional que indica la elección exitosa del 267º Papa. Las elecciones anteriores de Benedicto XVI en 2005 y Francisco en 2013 duraron dos días, pero algunos anticipan que en esta ocasión el proceso podría extenderse más, señalando que este cónclave es el más internacional en la historia, con cardenales provenientes de 70 países.
– Manteniendo el secreto –
La alta cantidad de cardenales electores ha llevado a que el alojamiento en Santa Marta, donde generalmente se hospedan, sea más pequeño, lo que convierte a varios otros edificios en opciones de hospedaje para los funcionarios del Vaticano. Antes de 2005, el cónclave se organizaba en los espacios menos cómodos del Palacio Apostólico, donde la falta de instalaciones modernas complicaba la permanencia de los cardenales.
Santa Marta, donde también residió Francisco, está diseñada como un hotel con habitaciones privadas y baños. La asignación de las habitaciones a los Cardenales se realiza mediante un sistema de lotería. Los cardenales pueden asistir a la misa del miércoles en la Basílica de San Pedro antes del cónclave, pero deberán dejar sus teléfonos celulares en ese momento.
El personal que apoyará a los cardenales durante el proceso, incluyendo médicos, personal de limpieza y cocineros, también habrá hecho un juramento de confidencialidad sobre todo lo que suceda en el cónclave, sometiéndose a severas sanciones si se revela información.
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Cónclave: Tagle, Parolin o Zuppi
La expectativa mundial está en aumento. Entre los nombres que más resuenan en las casas de apuestas y entre los analistas del Vaticano, destacan tres figuras que han cobrado gran relevancia en los últimos días: el Cardenal Pietro Parolin, Luis Antonio Tagle y Matteo Zuppi. Cada uno de ellos representa una visión distinta para el futuro de la Iglesia y sus perfiles están siendo evaluados con gran detalle por votantes y observadores.
Antes de que comenzara el cónclave, se celebró una sesión preparatoria final, donde los cardenales discutieron desde la muerte de Jorge Mario Bergoglio el 21 de abril, y abordaron múltiples cuestiones urgentes que enfrenta la iglesia contemporánea.
Los cardenales se han reunido para hacer un llamado a la paz en lugares como Ucrania, el Medio Oriente y otras regiones del mundo que atraviesan conflictos. Este deseo de paz fue reiterado por Francisco en su última noche, enfatizando la necesidad de terminar con los conflictos que asolan a la humanidad.
A lo largo de sus múltiples reuniones, los cardenales abordaron aspectos cruciales como la economía del Vaticano, los escándalos de abuso sexual, la búsqueda de unidad dentro de la iglesia y el perfil del futuro Papa que debería asumir el liderazgo de la comunidad católica.
“El perfil de un pastor del Papa, un maestro en la humanidad, que puede encarnar la cara de una iglesia samaritana, cercana a las necesidades y heridas de la humanidad,” enfatizaron.
Según el servicio de prensa del Vaticano, “las discusiones previas alimentan así la reflexión que conducirá a la votación final en la Capilla Sixtina, bajo la atenta mirada del fresco del Juicio Final, obra maestra pintada por Miguel Ángel en el siglo XVI”.
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Pietro Parolin: diplomático de hierro
El Cardenal Italiano Pietro Parolin, de 70 años, actual Secretario de Estado en el Vaticano, se posiciona como el candidato favorito en apuestas con una cuota de 2.75 euros, según la casa de apuestas William Hill. Su vasta experiencia en la diplomacia del Vaticano, que incluye negociaciones complejas con países como China y Venezuela, le confiere una imagen de líder efectivo y moderador.
Considerado como una figura de consenso, Parolin es visto como capaz de construir puentes entre las diversas corrientes dentro de la iglesia. Su perfil pragmático y su cercanía al aparato curial le proporcionan un sólido respaldo entre los cardenales tanto europeos como latinoamericanos.
Luis Antonio Tagle: “Francisco Asiático”
El Cardenal Filipino Luis Antonio Tagle, de 67 años, es considerado el heredero natural del legado de Francisco. Reconocido por su carisma y su enfoque pastoral centrado en los más desfavorecidos, Tagle ha ganado el apodo de “Francisco Asiático”. Actualmente, ejerce como prefecto para el Dicasterio de la Evangelización, y su liderazgo en Cáritas Internacional lo refuerza como un candidato progresista.
Por otro lado, el Cardenal Italiano Matteo Zuppi, de 69 años, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, es conocido por su trabajo en la mediación de conflictos y su compromiso con causas sociales. Su labor con la comunidad de Sant’Egidio y su enfoque inclusivo lo posicionan como un candidato viable que puede unir a las distintas facciones de la iglesia.