
Angela, no solo es administradora de empresas o especialista en gestión; Es, sobre todo, una mujer sensible que decidió transformar el dolor, la nostalgia y el amor en una forma única de tributo: osos de tela hechos con ropa de seres amados.
La idea nació cuando mantuvo la ropa que su hijo ya no usaba. En medio del asombro del paso del tiempo, se preguntó cómo mantener esos momentos únicos de la infancia. Así nació su primer oso. Luego, después de enfrentar duelos personales, entendió que también podría ofrecer a otros una forma de abrazar la memoria.
Cada muñeca es una pieza profundamente personalizada. Angela escucha historias, recibe fotos, anécdotas y frases que marcaban vidas. Por lo tanto, con manos cuidadosas y un corazón abierto, convierte telas comunes en reliquias afectivas. Los detalles de una costura especial, un nombre de bordado, una combinación de telas reflejan no solo quién usó la prenda, sino la historia que está viva a través de ella.
Cuando los clientes reciben su oso, las reacciones hablan por sí mismos: lágrimas, abrazos, sonrisas llenas de nostalgia. Angela ha descubierto que la memoria también puede abrazar, y que lo emocional es una parte esencial del legado humano. Por lo tanto, más que una empresa, este proyecto es un acto de amor tejido con paciencia y significado.