
Destrucción de las primeras 3,8 toneladas de material bélico entre Explosivos, municiones, minas, artefactos, rampas, cañones y cables explosivos. de un total de 14 que serán entregados por el Ejecutivo Nacional del Ejército Bolivariano (CNEB) al mando de José Vicente Lesmes, alias. Walter Mendozaen los departamentos de Putumayo y Nariño, fue planteado esta semana como uno de los mayores hitos alcanzados en la “paz absoluta”.
El gobierno no había mostrado un resultado similar desde hacía varios meses. El único precedente fue en abril, cuando Frente de los Comunes del SurUn disidente del ELN en Nariño, inició su propio proceso de desarme. En el caso de la CNEB —organización creada a partir de la escisión de la ‘Segunda Marquetalia’—, El Ministerio de Paz logra darle oxígeno a una mesa que había enfermado luego de que las conversaciones fueran suspendidas por el atentado en Villagarzón contra dos miembros de la Brigada Popular y la detención, en febrero, de Andrés Rojas, alias Araña, quien formaba parte de la comisión negociadora.
La destrucción se realizará en tres momentos. El primero tuvo lugar en Piñuña Negra (Putumayo). Imagen:El Consejo de la Paz.
Sin embargo, desde la Fundación Ideas para la Paz (FIP), el gesto de la CNEB genera preocupaciones sobre su verdadero alcance y propósito ya que, en otro proceso de negociación, Se ha observado que los envíos suelen contener armas obsoletas o restringidas.sin afectar significativamente el poder operativo de las estructuras.
“La entrega y destrucción de este material puede ser un paso táctico más que organizativo, útil para reactivar el diálogo o mejorar la imagen pública, pero insuficiente para cambiar las condiciones de seguridad en las zonas afectadas. El verdadero desafío será determinar si este gesto abre un camino hacia el desarme progresivo o si es simplemente parte del repertorio político de las negociaciones”, dijo la FIP.
Según el gobernador del Putumayo, Juan Gabriel Molinael departamento informa una caída del 11 por ciento en la delincuencia. “Hoy tenemos signos tangibles de cambio.“, aseveró.
Armando Novoa y Otty Patiño. Imagen:El Consejo de Paz
Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, Este grupo continúa imponiendo dictaduras locales en áreas de influencia e imponiendo reglas a las comunidades.. “Será importante que las comunidades afectadas por la presencia de este grupo armado tengan una voz más fuerte en las negociaciones y exijan las transformaciones regionales que se necesitan”, dijo el director Leonardo González.
Sandra LagosPresidente de la Asociación Comunitaria de Juntas de Puerto Asís y de la Oficina Técnica de Asuntos Agrarios de la Asociación Comunitaria del Putumayo, Pidió establecer una hoja de ruta desde la participación comunitaria para el fin de las hostilidades y la rendición de cuentas en materia de seguridad a partir de la transformación del territorio..
“No nos dejen solos. La paz es posible. A los grupos que se levantan en armas, un llamado a que la palabra es la mejor opción para sacar a Colombia del conflicto armado y social. No nos etiqueten, no nos hagan parte de un grupo u otro, somos el pueblo, somos un público que ha parido niños antes de la guerra”, dijo Lagos.
Opositores al Jefe de Coordinación del Ejército Bolivariano. Imagen:El Consejo de la Paz.
La Agencia para la Paz y la Reconciliación, Pares, confirmó que en Putumayo los grupos del General General (EMC), el Estado Mayor de los Bloques y Frentes (EMBF) y el Comandante Nacional del Ejército Bolivariano (CNEB) ocupan el mismo territorio -una de las montañas de coca del país- con la partida de control fronterizo hacia Putumayoño.
En este contexto, un Ubicación integral temporal y área de formación. El gobierno espera desplegar el 50 por ciento de los miembros del CNEB para finales de marzo de 2026, que según informes de inteligencia cuenta con 2.500 hombres en armas. Hasta finales de año, la idea es que 120 personas estén estacionadas temporalmente.
En cuanto al proceso de destrucción de material bélico, este continuará en dos lugares reservados en Nariño durante las próximas tres semanas. “Yo diría que 10 meses serían suficientes para llegar a un acuerdo final (dejar las armas).“, dijo el jefe de la delegación gubernamental en la mesa, Armando Novoa.
Gustavo Petro con Armando Novoa en Puerto Asís. Imagen:El Consejo de Paz
Para la FIP, en este escenario, cualquier acción simbólica o traición adquiere un fuerte componente político, tanto para el Gobierno nacional -que busca demostrar resultados reales- como para el grupo opositor, que intenta proyectar compromiso y diferenciación frente a otros partidos armados.
“Entenderemos que nuestra posición no puede expresarse con palabras, sino que debe traducirse en hechos. Sigue vigente nuestro compromiso, la lucha por la paz. La destrucción de armas debe limitarse en el contexto de cambios territoriales”, afirmó “Walter Mendoza”.
José Vicente Lesmes, conocido como “Walter Mendoza”, y el representante del gobierno, Armando Novoa. Imagen:Asesor de la Oficina de Paz
El presidente Gustavo Petro, por su parte, instó a las disidencias a seguir cumpliendo los compromisos negociados por las delegaciones, donde integrantes de grupos armados como alias Araña tienen orden de extradición. “La paz está, señor Mendoza, en el proceso de cambiar la economía de la región hacia poder vivir con prosperidad, oportunidades y una selva viva. No en medio de un mar de coca”, afirmó Petro.
“Este gesto llega en un momento en que el proceso de paz general enfrenta una crisis de legitimidad, debilitado por avances limitados en las mesas, tensiones institucionales y escepticismo ciudadano sobre la efectividad del diálogo con los grupos armados”, concluyó la FIP.
JUAN PABLO PENAGOS RAMÍREZ
Escritura política