
En la presentación de los espíritus de Urkunina: los demonios de Obonuco, Oscar Achicanoy, David Pupiales, Adriana Pupiales y Cristian Buesaquillo participan.
Bailar como resistencia, como raíz, como memoria. Así se vivió la puesta en escena Spirits de Urkunina: Obonuco DevilsPresentado por Danza Del Sur Company en la casa cultural mínima de Pasto Sala. Un trabajo que no solo excitó al público, sino que reavivó la fuerza ancestral del pueblo de Quillasinga.
La pieza, dirigida por David Esteban Pupiales, está inspirada en historias orales transmitidas de generación en generación. Según la tradición, durante la fiesta de la cosecha, hoy conocida como la fiesta de los guagues de pan, un demonio bailarín emerge del volcán Galeras para celebrar con la comunidad. Este ser mítico simboliza el espíritu guardián del territorio, una figura protectora y sagrada.
Bailarines del surCon casi una década de trabajo, nació del deseo de los pupiales de expresar sus raíces a través del movimiento. “Quería dar voz a nuestro territorio del cuerpo, desde el baile”, dice. El grupo ha viajado escenarios locales y nacionales con esta propuesta, llevando la figura del diablo de Obonuco incluso a flotadores del carnaval de negros y blancos y, pronto, al Centro Nacional de las Artes en Bogotá.
La propuesta no solo es artística, sino política: un acto de afirmación cultural en un país donde muchas memorias luchan por no desaparecer. “Queremos que el mundo sepa que Obonuco no es solo un lugar. Es una historia que danza”, concluye los pupiales, con la convicción de continuar moviendo el alma de su gente a través del arte.