El 17 de agosto, Bolivia vivirá un día de elección que puede marcar el final de dos décadas de dominio del movimiento socialismo (MAS). Por primera vez en 20 años, las encuestas no colocan a un candidato izquierdo como una alternativa de poder real. El empresario Samuel Doria Medina y el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga lideran la intención de votar con un movimiento técnico cercano al 20%. Crisis y cambio: Bolivia se prepara para un giro político histórico.

Samuel Doria Medina y Jorge “Tuto” Quiroga

Al mismo tiempo, la población enfrenta una crisis sobresaliente: inflación anual del 24.8%, escasez de alimentos, combustibles y dólares. Marraqueta, emblemática paz de la paz, sigue en precio gracias al subsidio, pero su disponibilidad se está volviendo cada vez más limitada. En las calles, la frase más repetida es abrumadora: “Alguien es mejor”.

Economía en la caída libre e incomodidad social

La falta de monedas golpea fuertemente. El gobierno de Luis Arce agotó gran parte de las reservas internacionales y no solicitará la reelección. La caída de la exportación de gas, la principal fuente de ingresos antes, dejó el país con un déficit de más de $ 3,000 millones en 2024.

Presidenta de Bolivia Luis Arce.

Las filas para cargar gasolina, comprar pan o obtener medicamentos se han convertido en parte del paisaje de la ciudad. El mercado paralelo duplicó el precio del dólar y los productos básicos más caros. Los economistas advierten que Bolivia, si no aplican medidas de choque, pueden afectar la hiperinflación.

Un parlamento fragmentado y necesidad de pacto

Los pronósticos indican que la próxima legislación estará dominada por las fuerzas de la oposición, pero sin mayorías absolutas. En el Senado, el derecho concentraría hasta el 90% de los sitios, incluso si se distribuyen entre varios bancos. Esto obligará a futuros pactos a aprobar leyes importantes sobre préstamos internacionales y contratos de industrialización de litio.

Los analistas advierten que el nuevo presidente necesitará alianzas para evitar la imposibilidad. Doria Medina promete atraer inversiones y firmar tratados para el libre comercio, mientras que Quiroga está invirtiendo en un “cambio sísmico” y el final de la adaptación a regímenes como Venezuela, Cuba y Nicaragua. Ambos están de acuerdo en que el próximo gobierno heredará una economía frágil y un clima social tenso.