El golf colombiano vuelve a ocupar un lugar destacado en el panorama suramericano tras conquistar el título masculino de la Copa Los Andes 2025, disputada en Guayaquil. Este triunfo, que pone fin a una espera de seis años, no solo es motivo de orgullo deportivo, sino también reflejo de un proceso de crecimiento y fortalecimiento que se ha consolidado en la última década.

Con un equipo liderado por el capitán Manuel José Merizalde y conformado por los golfistas Carlos Ardila, Santiago Rivas, Tomás Restrepo, Jorge Corchuelo y Mateo Payán, Colombia logró su undécima corona masculina en este torneo, considerado el más importante del golf amateur entre los países miembros de la Federación Suramericana.

Pero detrás de cada victoria hay un trabajo silencioso y constante. En este caso, el desarrollo del golf en Colombia ha sido posible gracias a una estructura deportiva fortalecida, una visión institucional de largo plazo y el respaldo decidido de aliados estratégicos como Astara Colombia, patrocinador principal de la Federación Colombiana de Golf (Fedegolf).

Una alianza que potencia el crecimiento

Desde hace cinco años, Astara ha acompañado a Fedegolf en la consolidación de un modelo integral que no solo impulsa a las selecciones nacionales, sino que también promueve la formación en todas las categorías, desde la base hasta el alto rendimiento. Este 2025, el acuerdo entre ambas entidades fue renovado por quinta vez consecutiva, confirmando su compromiso con el desarrollo sostenible del golf en el país.

“Gracias al apoyo de Astara hemos fortalecido torneos clave del calendario nacional, robustecido nuestros procesos formativos y proyectado a nuestros atletas hacia la competencia internacional”, destacó Fabio Villamizar Zurek, presidente de Fedegolf. “Contar con aliados que creen en el potencial del golf como motor de transformación nos permite avanzar con solidez hacia una Colombia más competitiva en este deporte”.

La contribución de Astara se extiende a múltiples frentes: desde los viajes de las selecciones a campeonatos sudamericanos y mundiales, hasta el impulso a la Academia Pública de Golf del Centro de Alto Rendimiento de Bogotá, una iniciativa que ofrece clases de calidad para niños y niñas entre 5 y 15 años, con tecnología de punta como el sistema Trackman Range.

Deporte con propósito social

Para Astara Colombia, el respaldo al golf va más allá del ámbito deportivo. “Este es un deporte con valores profundamente arraigados como la ética, la excelencia y el respeto. Así como conectamos personas a través de soluciones de movilidad, queremos conectar generaciones a través del deporte”, aseguró Andrés Aguirre, country manager de Astara Colombia. “Felicitamos al equipo colombiano por este gran triunfo, que demuestra el impacto positivo del trabajo articulado y del apoyo sostenido”.

La visión de Astara, junto con las marcas que representa en el país —Dodge, Fiat, Hyundai, Jeep, JMC, Opel, Peugeot, Ram, Volvo y Zeekr—, ha contribuido no solo al éxito competitivo de los equipos nacionales, sino también a la democratización del golf, facilitando su acceso en nuevos territorios y públicos.

Hoy, Colombia cuenta con más de 24.000 practicantes de golf, de los cuales cerca de 14.300 están afiliados con hándicap, indicador que permite clasificarlos según su nivel de juego. Además, la Federación organiza 99 torneos anuales, incluyendo competencias en todas las categorías: júnior, prejuvenil, juvenil, mid-amateur y sénior, tanto en damas como en caballeros.

Una estructura que da resultados

La selección masculina campeona en Guayaquil es apenas la punta del iceberg de un sistema que apuesta por el largo plazo. Los logros recientes —como el título del profesional Ari Yoel López en Argentina, la participación en los Mundiales Juveniles de Japón y Emiratos Árabes, y los triunfos en campeonatos sudamericanos juveniles— son resultado de una base sólida construida con visión, disciplina y apoyo.

Como lo explica la consultora de mercadeo deportivo Laura Álvarez, “cuando el deporte asociado cuenta con respaldo para promover torneos y desarrollar procesos formativos, su impacto se multiplica: hay formación, detección de talentos, posicionamiento internacional y, por supuesto, impacto social y comunicacional para sus aliados”.


Un triunfo con visión de futuro

La victoria en la Copa Los Andes no es un hecho aislado. Es la consecuencia de un modelo de desarrollo deportivo que se ha venido consolidando gracias al esfuerzo conjunto de la Federación, los clubes, los deportistas, las familias y aliados como Astara.

En un contexto en el que el deporte cada vez se entiende más como una herramienta de transformación, esta alianza demuestra que el respaldo estratégico, bien enfocado, puede marcar la diferencia. Porque apoyar al deporte no es solo celebrar los triunfos: es construirlos desde la base.

Nota recomendada: Los colombianos que estarán en los Juegos Mundiales de Chengdú