• septiembre 30, 2025
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El tenista español Carlos Alcaraz Se ha puesto este lunes en la final del Torneo de Tokio, de la categoría ATP 500 y eso se juega en una superficie dura, después de rastrear en la semifinal hasta la noruega Casper Ruud (3-6, 6-3, 6-4) en un partido muy cercano en el que el murciano, de menos a más, excedió un comienzo muy errático.

Carlos Alcaraz jugará el martes en su décima final de la temporada. Lo hará en el ATP 500 de Tokio y antes del último frente rival, logró vencerlo, Taylor Fritz. El Murcian superó un primer primer set contra Casper Ruud, en el que mostró su peor tenis del torneo al cometer hasta 15 errores no forzados, para terminar dando vueltas al marcador tirando de la solidez, aunque sin abandonar la ‘magia’ de sus golpes a veces.

El número uno en el mundo, que con este triunfo se asegura una semana más en la parte superior del ranking de ATP, buscará levantar el octavo título de su temporada. Sería el primero en la capital japonesa en su primera participación en el torneo, y su victoria número 66 en la temporada, lo que significaría la figura más alta de su carrera profesional. Todo esto, en una racha abierta de 17 victorias consecutivas en el circuito.

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La semifinal comenzó con el Murciano con algunas dudas en sus golpes, siendo menos preciso de lo habitual con su derecho, pero a pesar de esto, firme con su servicio. Un buen nivel con el servicio que le permitió mantener la igualdad en el marcador hasta el quinto juego (2-2). Llegarían las primeras opciones de rotura para Alcaraz, dos, pero la precipitación en forma de errores unidos lo privaría de aprovecharse en el set.

No serían los únicos dos que extrañarían en el set. En el siguiente turno hacia el resto, presionó a Ruud nuevamente, teniendo otras dos bolas de ‘romper’, ambas desperdiciadas. Esto dio alas al noruego que, en el próximo juego, rompería el servicio de Alcaraz en su primera oportunidad del partido, colocando 5-3 a su favor y con el servicio, con el que cerraría el set. Un primer manga que escapó de un Alcaraz muy errático, que agregó hasta 15 errores desinteresados.

Tenía que volver a Alcaraz si quería llegar a su décima final del año. Y el segundo parcial comenzaría con una rotura de rotura contra. Y en el momento más tenso, aparecieron los primeros destellos de los mejores Alcaraz, con un servicio directo y una marca cruzada para mantener el servicio. Un punto de inflexión en el partido para el Murcian, que ganaría tres juegos consecutivos para tomar la delantera (3-0).

Un ‘descanso’ que sería suficiente para igualar el juego con un set (6-3). El número uno en el mundo había reunido su mejor versión basada en el pragmatismo, con un juego menos agresivo pero mucho más sólido. Ahora, sería el tercer y definitivo conjunto el que emitiría una oración en un partido muy coincidente que decide pequeños detalles.

En el tercer manga, ambos ganarían cómodamente sus servicios al cuarto juego. Allí, Alcaraz cometió varios errores desinteresados, uno en forma de doble falta, que dio dos descansos de ruptura a Ruud. Pero un cruce a la derecha y un buen segundo sirvió al Murciano, que podría mantener el servicio (2-2). Una inercia positiva que se usaría en el próximo juego para aconsejar el golpe final al juego en forma de rotura, primero, y consolidar el ‘descanso’, más tarde.

Y después de mantener también sus próximos dos juegos para el servicio, El Palmar terminó cerrando el juego 6-4. Ahora, en la final, tendrá que superar al estadounidense Taylor Fritz, quien en su duelo semifinal excedió su compatriota Jenson Brooksby (6-4, 6-3) en una hora y 31 minutos de juego.