Un incidente alarmante tuvo lugar el 28 de abril en Kabug Mangrove Park y el zoológico de humedales en Filipinas, generando repercusiones significativas. Un turista de 29 años, en un acto imprudente, se acercó al recinto de un cocodrilo sin el debido permiso y cometió el grave error de suponer que el reptil era simplemente una escultura decorativa.

Un descuidado con consecuencias inesperadas

Este joven, ignorando por completo las advertencias presentes en el lugar, decidió acercarse más al cocodrilo a fin de capturar un selfie memorable. Sin medir el peligro, escaló la cerca y cruzó el área húmeda, poniendo su vida en riesgo al colocarse al lado del reptil.

Para su asombro, el cocodrilo —una hembra llamada Lalay— reaccionó al instante. Sin previo aviso, el reptil le mordió el brazo y lo sacudió con fuerza. En cuestión de segundos, el animal ejecutó lo que se conoce como la “Revisión de la muerte”, una técnica letal que utilizan los cocodrilos para inmovilizar a su presa eficientemente.

El momento preocupante y el rescate

El ataque se extendió a lo largo de media hora, durante la cual el reptil mantuvo sus mandíbulas firmemente cerradas alrededor del brazo del hombre. Tanto los visitantes como los empleados del zoológico presenciaron con horror el dramático suceso, aunque no pudieron intervenir de inmediato.

En un intento desesperado, el encargado de cuidado del cocodrilo tomó medidas drásticas y se introdujo en el recinto. Con un bloque de cemento, golpeó la cabeza del animal, lo que provocó que Lalay soltara al turista, permitiendo así su rescate.

Posteriormente, el joven recibió atención médica en un hospital cercano, donde los médicos le suturaron más de 50 puntos debido a las graves lesiones sufridas en su brazo y pierna, consecuencia del ataque.

Controversia y reflexión

La imprudente acción del turista ha suscitado una oleada de indignación en las redes sociales, donde numerosos usuarios han expresado su desconfianza y desaprobación por la falta de precaución del joven. Esta controversia ha abierto un diálogo sobre la necesidad de educar mejor a los visitantes sobre los peligros que conllevan las interacciones con la vida silvestre.

El sargento Joel Sajolga, de la policía local, subrayó la gravedad de este incidente y acentuó que el joven no solo puso en riesgo su vida, sino también la seguridad de otras personas presentes en el zoológico. Es un recordatorio de que la vida silvestre debe ser respetada y que los peligros asociados a ella no deben ser subestimados.

Este lamentable suceso pone de manifiesto la urgencia de reforzar la conciencia sobre la interacción sostenible y segura con la vida silvestre en las instalaciones turísticas, promoviendo así un mayor respeto por la naturaleza y fomentando prácticas responsables entre los visitantes.

Créditos: captura de pantalla.