Colombia continúa avanzando hacia una profunda digitalización que se proyecta marcar el año 2025 como un hito crucial en este camino. La adopción masiva de dispositivos móviles ha crecido de manera espectacular, y hoy en día, estos dispositivos se han convertido en herramientas esenciales para acceder a una variedad impresionante de servicios en la vida cotidiana.

Según las cifras más recientes del informe de We Are Social sobre el panorama digital global para 2025, Colombia cuenta con aproximadamente 78.3 millones de conexiones móviles activas, superando por mucho a los 53.2 millones de colonos. Esto representa un notable 147% en relación a la población. Adicionalmente, se ha registrado que alrededor de 36.8 millones de personas utilizan redes sociales de manera activa, lo que equivale al 69.2% de la población colombiana en su totalidad.

Esta realidad pone de manifiesto cómo el uso de dispositivos móviles y diversos canales digitales han transformado la manera en la que los colombianos acceden diariamente a productos y servicios. La penetración de Internet y la conectividad están redefiniendo nuestra vida social y económica.

Janeth Rodríguez, vicepresidenta de ingresos para Lata en Infobip, destaca: “Colombia está fuertemente conectada: hay más líneas móviles que personas, y más de tres cuartas partes de la población tiene acceso a Internet”. Esto subraya la importancia de adoptar el uso de tecnologías que no solo cumplen funciones básicas de acceso, sino que también fomentan hábitos digitales cada vez más consolidados en la sociedad.

Este nuevo panorama nos invita a reflexionar sobre cómo hemos dejado atrás la mera comunicación y hemos entrado en una era de interacción. Hoy, la pregunta no es cuánto tiempo pasamos hablando con la tecnología, sino de qué forma lo hacemos.

La inteligencia artificial transforma la comunicación en Colombia

De manera casi imperceptible, la forma en que nos comunicamos ha evolucionado drásticamente en términos de inmediatez y adaptabilidad, gracias a las tecnologías emergentes. La infraestructura subyacente permite que las interacciones en un chat sean más intuitivas y que los sistemas entiendan mejor las verdaderas intenciones del usuario.

“Ya no solo escribimos comandos o seguimos menús estáticos. Ahora, le pedimos a un asistente que nos sugiera un almuerzo, enviamos una foto y esperamos que nos guíe a través del proceso”, argumenta el experto de Infobip. La interacción con aplicaciones bancarias ha llegado a un punto en el que dialogamos con ellas como si fueran asesores inteligentes, buscando simplificar nuestra experiencia.

La tecnología que hace posible este futuro inmediato es la inteligencia artificial conversacional. Esto permite que nuestras interacciones con productos, servicios y dispositivos sean cada vez más naturales, fluidas y humanizadas.

Hasta hace poco, los chatbots eran frecuentemente frustrantes, ofreciendo respuestas predefinidas y careciendo de comprensión contextual. Sin embargo, gracias al avance en procesamiento del lenguaje natural (PLN) y aprendizaje automático, la dinámica de la conversación ha cambiado drásticamente, permitiendo a las máquinas interpretar el tono, la intención, las emociones e incluso procesar imágenes.

“Esto ha llevado la interacción con la tecnología a un nuevo nivel, donde realmente se puede hablar”, explica Janeth Rodríguez de Infobip. Esta empresa actúa como un facilitador para que diversas marcas, empresas e instituciones implementen estas innovaciones en Colombia. “Lo que antes era una simple comunicación ahora se ha transformado en una experiencia compartida entre el usuario y la inteligencia artificial”.

Aunque es cierto que muchas marcas aún están en proceso de adaptar sus estrategias a esta nueva realidad, la tecnología que está disponible y que se mejora constantemente representa una necesidad imperativa. Adaptarse a este cambio es crucial para competir en un mercado en constante evolución y cada vez más agresivo.

De la voz a la empatía artificial

El especialista de Infobip resalta que la comunicación ahora no se limita a la reacción, sino que también puede tomar la iniciativa, sugerir y recordar al usuario.

“Imagina recibir un recordatorio poco antes de que venza tu factura de electricidad, o que tu asistente de voz te sugeriera la mejor forma de organizar tu jornada laboral, tomando en cuenta tus reuniones. Esto se conoce como compromiso proactivo”, comenta.

Asimismo, hemos entrado en una era de interacciones multimodales: los usuarios tienen la posibilidad de escribir, hablar, enviar imágenes o audios, y el sistema puede comprender y reaccionar adecuadamente a cada uno de estos formatos. Esta capacidad de adaptarse a diferentes modos de comunicación hace que la experiencia sea mucho más intuitiva y natural, facilitando una interacción más rica.

No solo se trata de eficiencia; las conversaciones también pueden aprender a ser empáticas. Sistemas que pueden detectar frustración, tristeza o dudas en el usuario y responder con un tono que inspire confianza son cada vez más comunes. Esto marca una notable diferencia en industrias tan sensibles como la salud y las finanzas, donde la empatía en el servicio puede ser crucial.

“Cada interacción con un sistema de conversación es ahora una experiencia única. La tecnología no solo escucha; también interpreta, reacciona y comprende”, señala Janeth Rodríguez. “Hemos dejado atrás los simples comandos. Hoy, la gente espera que la tecnología entienda lo que desean, cómo lo desean y cuándo lo desean, sin tener que pedirlo dos veces”.