
La situación política se complica con la resurrección de las reformas laborales que fueron presentadas casi dos meses atrás por la Comisión VII en el Senado. Un intento de apelación, que había sido descartado el martes anterior, renació durante una de las reuniones más discutidas en los últimos años. Esto se da tras el revés de la consulta popular y las crecientes presiones políticas sobre el presidente Gustavo Petro debido a la falta de avances en su agenda legislativa.
Las recientes decisiones del Senado marcan un golpe político importante para el gobierno, superando incluso el impacto negativo de la caída del presupuesto de 2025, el cual incluía reformas fiscales cruciales y el archivo de la primera reforma de la salud a ser implementada en 2024. Desde su visita a China, el presidente Gustavo Petro hizo referencia al presunto “fraude” ocurrido en el Senado y exigió que se reabriera la votación. Añadió que era necesario convocar a una “reunión de trabajadores centrales” junto a la coordinación de agricultores y el movimiento indígena para discutir los próximos pasos a seguir, aunque no especificó qué acciones concretas se tomarían. El presidente también instó al público a no utilizar la violencia “contra la gente”.
Ambiente en el Senado tras la votación de consulta popular. Foto:NOSTOR GOMEZ – TIEMPO
La respuesta del Jefe de Estado y sus aliados políticos, aunque complicada, obedece al proceso parlamentario ya que se ha adaptado a las normativas establecidas y, sobre todo, enfrenta una situación crítica: la aprobación de la apelación revive los proyectos de reforma laboral que la misma comisión había solicitado discutir en la sala. Esto implica que todos los temas propuestos en la consulta, así como otros adicionales, entran en la agenda inmediata de la corporación, la cual se ha comprometido a trabajar estos asuntos antes de finalizar la sesión legislativa actual.
Esto significa que los posibles cambios en el pago de horas extras y domingos podrían ser implementados incluso este año, lo cual generó un consenso suficiente para que se apoyara la apelación. En caso de que se cumplan los umbrales de participación y aprobación, estos cambios podrían ser procesados rápidamente por las autoridades legislativas.
La propuesta en la agenda
En la agenda clave del Senado, cuando se decide si se lleva a cabo una consulta popular, el presidente de la corporación, Efraín Cepeda, incluyó como primer punto del día la votación sobre el contenido de la apelación en la consulta laboral. Este recurso fue introducido hace casi dos meses por el senador Fabián Díaz de la Alianza Verde. Aunque tanto el gobierno como sus parlamentarios se opusieron vehementemente al proceso de apelación, figuras como Angélica Lozano trabajaron para mejorar las condiciones laborales a través de esta iniciativa.
El senador Fabián Díaz de la Alianza Verde apeló por mejoras laborales. Foto:Milton Díaz / Tiempo
Pese a que durante el proceso de votación se anticipó que la apelación no contaría con los votos necesarios, el día transcurrió entre tensiones y negociaciones. Ni el ministro Antonio Sanguino ni su colega del interior, Armando Benedetti, lograron los apoyos suficientes para modificar el programa. Cepeda otorgó tres votos para proceder primero con la consulta, pero los senadores no respaldaron esas intenciones. Tras seis horas de deliberaciones, la votación que resultó en la caída de la apelación en el Senado mostró una clara mayoría en contra, con 68 votos negativos y solo tres a favor, lo que resultó en el archivo del proyecto que ahora debatirá una remuneración distinta en la Comisión VII.
Una vez concluido el proceso, el presidente del Senado sometió a votación la consulta popular, la que, según Benedetti, era “suficiente” para el gobierno. Como se esperaba, el resultado fue negativo, con 49 votos en contra y 47 a favor del gobierno. La votación estuvo abierta brevemente, aunque se alega que Cepeda cerró procedimiento antes de tiempo, lo que generó confusión y descontento entre algunos miembros que deseaban votar nuevamente. La senadora Martha Peralta manifestó que no tuvo la oportunidad de regresar para participar en otra votación, lo que intensificó el malestar.
Desde el inicio, el ambiente estuvo cargado de tensión. Foto:Milton Díaz / Tiempo
El gobierno también enfrentó dificultades administrativas, dado que el Secretario General del Senado tuvo que corregir manualmente los registros, lo que causó más controversia. La votación que el ministro Benedetti había declarado como ‘no’ resultó paradójica, ya que el senador Edgar Díaz de Cambio Radical, quien había sido opuesto a la consulta, fue quien inicialmente respaldó la idea. A pesar de que la pantalla mostraba una victoria del “no”, fue necesaria una aclaración manual de los votos debido a confusiones en el sistema. La discrepancia se resolvió y se determinó que había dos votos manuales para “sí” y dos para “no”. Este fue el cuarto y último revés significativo para el gobierno en un contexto parlamentario complejo. Los senadores Ana Paola Agudelo, Manuel Virgüeñez y Carlos Guevara, quienes eran considerados indecisos, terminaron inclinándose hacia la oposición.
Resultó notable que durante la votación, los conservadores Carlos Andrés Trujillo, Miguel Ángel Barreto y Diela Liliana Benavides, quienes suelen estar alineados con el gobierno, no se hicieron presentes en la sesión, lo cual complicó aún más la posición del mismo. Adicionalmente, otros senadores como Ana María Castañeda y Didier Lobo también obtuvieron faltas en la jornada clave.
Este parece ser un momento crucial para entender el mapa político tras varias derrotas inesperadas para el gobierno. Pedro Medellín, Secretario General, sostiene que “esto ha sido un claro indicativo de la resistencia”, mientras que otros analistas sugieren que una comunicación enviada por el ex presidente César Gaviria pudo influir en la postura de ciertos senadores, advirtiendo que quienes respaldaran la consulta podrían enfrentar consecuencias en futuras elecciones. Según el experto Fernando Posada, el resultado “no” podría interpretarse como una respuesta adversa hacia el presidente debido a un clima de amenazas y hostilidad.
El presidente Gustavo Petro hizo un llamado a la nación. Foto:Milton Díaz / Tiempo
La realidad es que la consulta, que se había previsto como una base política para el gobierno en un año electoral, no se concretará. Esta negación a la consulta popular ha trasladado la presión del gobierno, ya que varios movimientos sociales y laborales comienzan a resurgir en respuesta a la situación actual. Efraín Cepeda, presidente de la Asamblea, ha emergido como un líder de la oposición y figura central en las críticas a la administración actual. El Congreso tiene la responsabilidad de discutir a fondo las propuestas de reforma laboral e impulsar estas iniciativas antes del 20 de junio, como se comprometieron al aceptar la apelación.
Juan Sebastián Lombo
Político