
Colombia ha decidido firmar su conexión con la iniciativa de la franja y la ruta, un vasto proyecto económico promovido por el presidente chino Xi Jinping. Esta decisión se llevó a cabo durante la cumbre de Celac-China, donde el presidente colombiano lideró la delegación, ocupando al mismo tiempo el rol de presidente pro tempore para este grupo regional. Este movimiento estratégico coloca a Colombia en una encrucijada importante entre las influencias de China y Estados Unidos, ya que el presidente Petro se ha trasladado a Beijing para fortalecer lazos.
El mandatario colombiano viajó acompañado de ocho ministros clave, y ha mantenido reuniones con altos funcionarios chinos, destacándose una cena diplomática organizada por la Embajada Colombiana en Beijing. El objetivo de esta visita es reforzar las relaciones en áreas estratégicas como infraestructura, tecnología, y comercio, a pesar de las advertencias provenientes de sus aliados tradicionales, quienes temen por las implicaciones que esto podría traer.
Durante su visita, Petro enfatizó: “Firmaremos Silkvägen”, refiriéndose a la iniciativa de la franja y la ruta, lo que demuestra claramente su compromiso por diversificar las relaciones internacionales de Colombia. Este enfoque es visto por muchos como una decisión significativa y audaz en la búsqueda de nuevas oportunidades económicas.
Los pequeños comerciantes evalúan las repercusiones económicas y geopolíticas
Sin embargo, la decisión del gobierno ha suscitado inquietudes entre el importante sector gremial colombiano. Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), ha cuestionado la falta de un debate público más extenso sobre este giro estratégico. Él plantea una serie de preguntas inquietantes:
“¿Colombia realmente desea avanzar en esta dirección en este momento? ¿Qué estamos dispuestos a ceder a cambio de esto? ¿De qué manera afectará esta decisión nuestra relación con nuestros principales compradores?”
Por otro lado, María Claudia Lacouture, presidenta de Amcham Colombia, ha expresado su preocupación respecto a los efectos que esta estrategia con China podría tener sobre la relación con Estados Unidos, que se mantiene como el principal socio comercial del país. Ella ha subrayado que cualquier acuerdo con China debería estar regulado por los principios de “transparencia, reciprocidad y durabilidad”. También advirtió que el vínculo con la ruta de la seda podría ser interpretado en Washington como un movimiento geoestratégico peligroso, en medio de las crecientes tensiones entre Beijing y la administración estadounidense.
El déficit y la tensión comercial con Estados Unidos marcan la visita; Colombia entre China y Estados Unidos: Petro viajará a Beijing
Desde una perspectiva económica, Colombia enfrenta un profundo déficit en su relación comercial con China. En 2024, el país sudamericano importó productos por valor de $14.7 mil millones desde China, mientras que sus exportaciones a este mercado apenas han alcanzado los $463 millones. Esta significativa diferencia ha suscitado escepticismo en los sectores productivos del país, que temen por la viabilidad de esta nueva estrategia comercial.
Por su parte, Estados Unidos observa esta tendencia con recelo. Los portavoces de la administración Trump han alertado sobre los peligros asociados con permitir una mayor influencia china en América Latina. Expertos, como Yann Basset, politólogo de la Universidad de Rosario, han argumentado que esta diversificación de relaciones no debería ser vista como un acto criticable:
“Colombia llega tarde a esta agenda. Todos los países están entablando diálogos con China. No se trata de exclusividad, sino de crear nuevas oportunidades,” afirmó.
Durante su estancia en Beijing, Petro también buscará extender acuerdos en áreas de ciencia, tecnología y educación, en un contexto de creciente tensión geopolítica entre Estados Unidos y China. Este enfoque establece un panorama complejo para las próximas decisiones de política exterior de Colombia.