
El gobernador de Bolívar, Yamil Arana Paduí, hizo una fuerte advertencia durante el Congreso Nacional de Municipios, que se llevó a cabo esta semana en Cartagena. Desde el 30 de junio, según el funcionario, los líderes territoriales se enfrentarán a la pesada carga financiera que representa una reciente decisión judicial. Esta resolución, que se encuentra actualmente en el marco legal, establece que los gobernadores y los alcaldes deben hacerse responsables de la alimentación de personas privadas de libertad en Reacciones Inmediatas (URI) y estaciones de policía.
Arana expresó con un tono enérgico: “Nos obligan a elegir entre alimentar a las personas que están privadas de libertad o garantizar la comida escolar para nuestros hijos.” Su preocupación es clara y legítima: “Entendemos el componente humanitario de este asunto, pero no puede ser responsabilidad de las entidades territoriales.”, añadió, mostrándose claramente irritado por la situación.
La normativa que obliga esta situación proviene de una decisión del Tribunal Constitucional de 2022, que fue transformada legalmente por el Congreso con el fin de transferir a las entidades territoriales la responsabilidad de garantizar condiciones adecuadas para los detenidos en los centros de separación y transición. Esta medida surge como respuesta a la alarmante sobrepoblación y a las numerosas quejas sobre violaciones de derechos humanos que se han reportado.
Yamil Arana, gobernador de Bolívar. Foto:Juan David Camacho. Tiempo
No obstante, para muchos líderes locales, la transferencia de responsabilidades sin la correspondiente asignación de recursos representa un golpe contundente a sus finanzas. En Bolívar, alrededor de 3,000 personas permanecen en las estaciones de policía y en las URI, lo que implicaría una carga financiera millonaria para el presupuesto departamental, que ya se encuentra al borde de la restricción para brindar atención adecuada en áreas críticas como la salud, la educación y las condiciones sanitarias básicas.
Arana Paduí señaló que “este compromiso viola nuestra autonomía fiscal. Es injusto que el Tribunal, que respetamos profundamente, autorice esto sin considerar la realidad presupuestaria de los departamentos”. También hizo hincapié en que “nuestros ingresos son limitados y constantemente regresivos, y ahora corremos el riesgo de ver comprometidos programas sociales fundamentales”.
El gobernador cuestionó también el silencio del gobierno nacional con respecto a este tipo de financiamiento. “Lo mínimo que se debería hacer es una evaluación de los resultados del efecto fiscal”, advirtió. “No se puede cargar esta responsabilidad desde el centro del país ignorando la capacidad real de los territorios”, remarcó.
Por supuesto, el gobernador de Bolívar no está solo en su preocupación. En las últimas semanas, varios líderes regionales han alzado la voz, advirtiendo que esta decisión podría limitar el desarrollo sostenible de sus planes. Algunos incluso han solicitado medidas cautelares para detener la implementación de esta norma hasta que se aseguren los recursos necesarios.
Detenido en Cartagena. Foto:Vanessa Romero, Tiempo
La controversia que se ha generado ha abierto un debate fundamental: ¿Quién debería financiar el sistema penitenciario y carcelario, especialmente en las regiones más vulnerables? Para los gobernadores, la respuesta es inequívoca: es una responsabilidad del gobierno nacional, y así debería ser en el futuro.
A medida que se acerca la fecha límite del 30 de junio, el debate permanece abierto y las entidades territoriales requieren urgentemente una conversación con el ejecutivo y el Congreso para revisar el alcance de esta medida. De lo contrario, advierten, “serán nuestros niños, jóvenes y los más vulnerables quienes pagarán el precio de una decisión tomada sin el apoyo presupuestario adecuado”.
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Documento del periodista Jineth Bedoy. Foto:
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