
El 4 de mayo por la tarde, un folleto comenzó a circular, en el que L Front 18 Disididation FARC anunciaba la activación de una ofensiva armada en el municipio de Ituango, Antioquia. Este anuncio implica un control potencial de la región, amenazando con un regreso a la influencia y las acciones paramilitares que anteriormente habían dominado el área.
La Corporación para la paz y el desarrollo social también emitió una advertencia sobre esta inminente invasión armada,
Ofensiva contra paramilitares
De acuerdo con la corporación, la presencia de estos disidentes generará “una confrontación intensa con otras estructuras ilegales que tienen dominio sobre esta área y podría también dar pie a una nueva crisis humanitaria. La comunidad ha estado agotada por la violencia y la presión constante.”
Asimismo, el informe señala que “después de la firma del Acuerdo de Paz, el grupo Gaitanista en Colombia (EGC) ha expandido su influencia tanto en zonas urbanas como rurales de esta región, mientras que el Estado ha abandonado a estas comunidades. La reciente declaración de los disidentes conlleva un riesgo inminente de enfrentamientos armados, lo que podría conducir a una grave crisis humanitaria en la región, evocando escenarios de violencia de tiempos pasados.”
En el documento que fue emitido por los 18 disidentes de FARC, se añaden argumentaciones sobre las razones que los llevan a tomar acciones armadas en Ituango durante la semana.
El folleto dice: “Como Frente 18, estamos presentes en la comunidad agrícola, y por ello no estamos de acuerdo con el dominio que los políticos han ejercido sobre ella. Estas reglas han sido aprovechadas por paramilitares que han proliferado en el área tras un fallido proceso de paz. Nuestra decisión es retomar el control sobre un territorio que históricamente ha visto nuestra influencia política.”
El grupo también manifestó que en esta región del departamento de Antioquia, ya han sucedido enfrentamientos bélicos entre sus integrantes y los actuales paramilitares en el área.
“El retorno a esta zona ya ha provocado enfrentamientos armados donde hemos tenido la ventaja militar. Sin embargo, debido a las presiones que enfrentan, los paramilitares (del Clan del Golfo) han iniciado campañas que afectan directamente a la población campesina: coerción económica (es decir, amenazas de desalojo o de muerte si no cumplen), además de confiscación de teléfonos móviles acusando a los campesinos de pertenecer a nuestras filas,” señala el documento.
Ultimátum
Después de examinar todos los factores que motivan las acciones de esta facción disidente, el Frente 18 lanzó un ultimátum previo al inicio de su ofensiva armada en Ituango.
“Advertimos que si observamos la participación de la institucionalidad con el paramilitarismo en los próximos ocho días, no tendremos otra opción que dar inicio a una ofensiva militar. Recordamos que los civiles no deben ser utilizados como escudo por ninguna entidad armada; no deseamos más confrontaciones con la fuerza pública”, advirtieron desde el grupo armado.
En su comunicado, los 18 disidentes reiteraron su rechazo a las actividades paramilitares: “Como organización, condenamos este efecto paramilitar porque ningún campesino merece ser despojado de la tierra que trabaja.” Los destinatarios del folleto encontraron un mensaje que reforzó la seriedad de sus amenazas: “Siempre estaremos listos para enfrentar, actuando con respeto hacia la integridad de la población. Llamamos a los paramilitares a no comprometer a la comunidad. Si pierden la batalla, no deben hacerles daño a los civiles, pues la confrontación armada no involucra a la población civil.”
Mientras tanto, las unidades de inteligencia del Ejército Nacional están llevando a cabo investigaciones para poder garantizar la seguridad frente a las acciones de este grupo armado.
Nicolás Tamayo Escalante
Periodista nacional, con sede en Medellín.
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