Eran 25 ocasiones en que el presidente Gustavo Petro nombró al Parlamento en su discurso en Plaza de Bolívar, en memoria de la jornada laboral. Durante este discurso, se anticipó la posibilidad de que se presentara una consulta popular ante el Parlamento.

Con el objetivo de reestructurar su estrategia de presión, el presidente Petro buscó la aprobación del Senado para 12 preguntas relacionadas con la reforma laboral e insinuó que el Congreso podría enfrentarse a un posible retiro si no aceptaba esta iniciativa.

El presidente Petro, acompañado de parlamentarios y ministros, resolvió la consulta en el Senado. Foto:Noustor Gómez. Tiempo

El mandatario también hizo un anuncio impactante: “Pasado 7 de agosto el año que viene me iré, pero si el Senado de la República ignora a la gente, ataré el sillón a algunas hojas, para ver qué sucede”. Estas palabras enfatizan la urgencia de su postura ante el Legislativo.

Además, reiteró su crítica declarando que, si los parlamentarios no aceptaban la consulta popular, “La gente se pone de pie y los revoca”. Con este mensaje, el presidente intentó movilizar a la ciudadanía y aumentar la presión sobre el Congreso.

Con el mismo fervor, añadió que se publicaría una lista de los nombres de quienes votan en contra de la reforma, declarando que serán “mostrados y desnudados por cada nombre correcto que vote en contra de los derechos de las personas, para su propia nación.“. Esto plantea un desafío a la moralidad de los integrantes de la asamblea y refleja una atmósfera de confrontación. “Veamos, si tienen la intención de continuar en el parlamento parlamentario. No continuarán, no irán, no irán, no pasarán”, reiteró con firmeza.

El rechazo del Congreso

A raíz de las declaraciones del presidente, varios miembros del Congreso expresaron sus preocupaciones, asegurando que “no tenían miedo”.

MP para el Senado. Foto:La prensa del Senado

El representante del Centro Democrático, Christian Garcés, a través de su cuenta X, afirmó: “Lord @petrogustavo: No tenemos miedo. Creemos en la democracia, las leyes e instituciones, y no tenemos la intención de callarnos o renunciar a anarquistas y documentales. Tus amenazas no son sorprendentes. Defenderemos la democracia y la patria. ¡Siempre!”

Los comentarios del presidente han sido considerados por algunos expertos como un asalto a la independencia de los poderes del Estado.

Christian Garcés, representante. Foto:Christian Garcés Press.

Sobre estas afirmaciones, el experto político Carlos Arias indicó: “El Senado tiene el poder de rechazar consultas populares siempre que cuenten con la constitución adecuada. Es completamente falso e irresponsable insinuar que simplemente pueden ser revocados por la gente. Además, ya existen mecanismos dentro de la ley para que las propuestas sean discutidas.” Esto pone de relieve la complejidad del proceso legislativo y el papel del Senado en la democracia colombiana.

A pesar de esto, el presidente no solo hizo referencia a la posible revocación de la asamblea, sino que también insinuó vínculos entre ciertos parlamentarios y el asesinato de líderes comunitarios, afirmaciones que ha hecho sin presentar pruebas claras.

En una de sus intervenciones recientes, el presidente exclamó: “Alberto es el primer muerto, gracias a las decisiones de ese parlamento. Alberto es asesinado por Pinto, por rechazar la reforma de la reforma. La sangre de Alberto pesa sobre la familia de este país”, expresando así su descontento con la actual situación política.

Presidente Gustavo Petro con la espada de Bolívar Foto:Milton Díaz. Tiempo

Eduardo Piñeros, otro analista político, manifestó que esta dinámica difícil respecto al discurso público es preocupante. “La historia de Colombia nos ha enseñado que la violencia política suele anteceder a la violencia más visible y abierta. El presidente debe ser el principal responsable de la unidad nacional y el uso reiterado de términos como ‘guerra’, ‘sangre’, ‘muerte’ y ‘HP’ contradice este objetivo. Desafortunadamente, no veo que esta tensión disminuya en el corto plazo”, añadió el experto.

Piñeros también destacó que no solo la consulta popular en el Senado está en discusión, sino que otros temas como el tercer debate sobre la reforma de la salud y las decisiones del Tribunal Constitucional sobre la reforma de pensiones son esenciales en este contexto. “Si estas decisiones no coinciden con los intereses del gobierno, la tensión aumentará aún más“, concluyó.

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El gobierno hizo preguntas sobre la consulta popular. Foto:

Mary Alejandra González Duarte

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