
Llegada de aproximadamente 16,000 personas pertenecientes a la Minga indígena ha generado una discusión intensa dentro del ámbito político de Colombia. Este fenómeno ha coincidido con un dato interesante revelado por La unidad de datos de tiempo, la cual, tras una exhaustiva revisión de los archivos de Secop, ha informado que las organizaciones indígenas nacionales de Colombia (ONIC) y el Consejo Indígena Cauca (CRIC) han firmado 96 contratos desde mediados de 2022 hasta la fecha, lo que equivale a un monto total de 405,000 millones de pesos.
La crítica de la oposición
En relación con este asunto, la senadora Mary Fernanda Cabal, del Partido Demócrata, no tardó en criticar la llegada de tales grupos. En su cuenta de X, expresó: “Este es el guardia Petro, utilizado para crear falsos apoyos para su reforma.” Cabal, que ejerce como diputada, acusó a esta comunidad de llevar a cabo “ejercicios de pedidos cerrados, capuchas y organizándose como un ejército.” En sus redes sociales, un representante indígena que llegó a la ciudad se refirió a ellos como “Ming prepago“, acusándolos de estar utilizando a Petro para conseguir contratos por millones.
Cabal, del Centro Democrático, dice que Petro hace contratos millonarios con Minga indígena
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John Pérez. Tiempo
Como parte de esta polémica, el Ministro Daniel Briceño también se manifestó, denunciando un supuesto “pacto” entre el presidente y el CRIC. Según sus declaraciones, alrededor de 300,000 millones de pesos estarían destinados a administrar un contrato con esta institución.
Briceño ha señalado que parte de esos recursos aún no se ha distribuido en las comunidades indígenas y ha solicitado mayor transparencia en cuanto a los resultados de los proyectos que fueron acordados.
Este planteamiento se complementa con la preocupación de que el gobierno de Petro enfrenta un riesgo financiero de más de 300,000 millones de pesos para el CRIC, particularmente en acuerdos establecidos con el Ministerio de Salud bajo el programa “Diente diferencial”, que busca beneficiar a las comunidades de Cauca con una inversión aproximada de 39,000 millones de pesos.
Voces a favor
En medio de las acusaciones de motivaciones políticas, un grupo de políticos ha mostrado su respaldo a estos movimientos. Por ejemplo, Norman Bañol, representante de la compresa para circunscripciones especiales indígenas, asegura que las Mingas no son actividades autopropulsadas, sino que representan una necesidad de planificación y acuerdos previos con agencias gubernamentales para garantizar sus necesidades básicas. En su perspectiva, el contrato firmado se debe a la necesidad imperante de fondos para servicios esenciales como comida, salud y vivienda, no por concesiones políticas.
Petro habló en las últimas horas a X y defendió a la comunidad indígena
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Red social
Otros representantes, como el ministro Daniel Rojas Meldellin, también han defendido el diálogo multicultural, subrayando la importancia de mantener la autonomía universitaria para celebrar la Minga en el campus y reiterando que la coordinación entre el Ministerio del Interior, Mineducación y la Alcaldía de Bogotá busca abordar la situación sin discriminación y en línea con las normativas de salud y espacio adecuado.
Política o proyectos sociales?
El meollo de esta controversia radica en determinar si los acuerdos establecidos son inversiones sociales legítimas o simplemente una forma de apoyo político al gobierno. La oposición argumenta que tanto el timing como el alcance de los contratos coinciden con la Minga del 1 de mayo, lo que, según ellos, sugiere una “serie cerrada” que utilizaría a las comunidades indígenas para mostrar un respaldo masivo a las reformas propuestas.
Por el contrario, quienes defienden dichas iniciativas destacan que los pueblos indígenas han estado impulsando proyectos en áreas como educación (SEIP), distribución diferencial, infraestructura rural y tecnología de integración digital, logrando contratos que, en el caso de 2023, ascienden a 171,000 millones y para 2024 ya alcanzan los 57,000 millones.
Es evidente que el debate persistirá mientras la Minga continúe en Bogotá, y se procesen las implicaciones de los contratos firmados, así como el cumplimiento de los términos acordados.
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Danna Valeria Figueroa Rueda
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