
Detrás de cada página del libro titulado ‘Por la vida que no me quité ‘Hay una mujer que decidió transformar el dolor en palabra y silencio en resistencia. Diana Coral, una ingeniera de 34 años de ipialaña, no es escritora de profesión, pero su voz valiente y profunda ha encontrado al escribir un canal para hablar sobre lo que muchos son silenciosos: acoso y violencia en las universidades.
Su trabajo nació de la urgencia de hacer visible una realidad cruda, a menudo negada por las instituciones. El acoso sexual, el acoso en el lugar de trabajo y la indiferencia institucional han dejado cicatrices a aquellos que confiaban en estos espacios como lugares seguros para aprender y crecer.
Diana recopila historias reales, algunas que terminaron en tragedia, otras que aún luchan por la justicia. Ella misma admite que escribir este libro fue un acto de salvación: “Estoy vivo, y eso también es resistencia”, dice.
Por la vida que no me quité No es solo una queja. Es un llamado a la reflexión, la acción y el compromiso. Para llegar a quienes pueden cambiar las cosas: estudiantes, maestros, gerentes, familias.
Porque cada historia contada también es una vida que podría haberse perdido. Y este libro, como autor, se niega a permitirlo.