El día de la Asamblea General de la ONU, celebrada el martes en Nueva York, se caracterizó por varios percances que tuvieron como el protagonista del presidente estadounidense, Donald Trump, y que rápidamente subió a una controversia diplomática.

Error de ingresos

Cuando el presidente entró en el recinto acompañado por la primera dama, Melania Trump, la escalera mecánica se detuvo inesperadamente y obligó a la pareja del presidente a esperar mientras se restauraba el sistema.
El hecho coincidió con un informe sobre Tiempos de Londres quien aseguró que los empleados de la ONU habrían bromeado días antes con la oportunidad de apagar las escaleras a propósito.

Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, reaccionó a su cuenta X:

“Si alguien en la ONU detuvo deliberadamente las escaleras mecánicas mientras el presidente y la primera dama subieron, debe ser despedido e investigado de inmediato”.

De la organización internacional, el portavoz Stéphane Dujarric aclaró que lo que sucedió fue el producto de un mecanismo de seguridad de la máquina, que se activó al descubrir que una persona corrió en la dirección opuesta, que generó la parada automática.

Problemas técnicos en el discurso

El segundo momento problemático se presentó durante la intervención de Trump en el auditorio, cuando los teleprompts dejaron de funcionar. El presidente, visiblemente molesto, improvisó parte de su discurso y comenzó un lanzamiento jocoso:

“Quién dirige este teleprompts está en serios problemas”.

La frase generó risas entre varios asistentes, pero en la Casa Blanca no se sacaron los incidentes e insistieron en que lo que sucedió se investiga cuidadosamente.