Ataque en San Cristóbal: Padre e hijo recibieron un disparo en la calle

Padre e hijo fueron disparados en la calle. Un tiroteo violento en el distrito de Quindi, en la ciudad de San Cristóbal, dejó a un padre ya muerto.

Según las historias de la comunidad, los dos hombres hablaron cerca de su casa cuando fueron asesinados.

El equilibrio terminó con padre e hijo en la calle

Al igual que José Ómar Salazar Carranza, de 57 años, y José Ómar Salazar Duarte, de 30, fueron identificados por las víctimas de este ataque a los tiros cometidos en la carrera 16A con 46A South Street.

Según historias en el área, los dos hombres, que habían vivido en este sector durante varios años, estaban cerca de su casa, hablaron al sol y disfrutaron del sol que llenó este vecindario lejano en las colinas orientales en el sur de Bogotá.

“Vivían como en el medio del vecindario donde todo sucedió. Dicen que los llevaron casi por toda la esquina”, dijo un residente de la escena.

Este fue el ataque sin compasión por el padre y el hijo en San Cristóbal.

Lo que podría ser conocido de manera no oficial, cuando las dos víctimas se distrajeron, una misteriosa motocicleta con dos sustancias a bordo llegó a esta área, cuando la tripulación identificó inmediatamente a José Ómar y su hijo, en el camino sin dudarlo donde estaban los dos hombres y, cuando estaban a pocos metros de su objetivo, sacaron una arma de fuego.

En ese momento, el caos, el pánico y el miedo arrestaron a las personas, que ni siquiera se dieron cuenta de dónde escaparon el gatillo y su cómplice, de los cuales solo escuchó cómo aceleraron la motocicleta desafortunadamente.

Cuando vio a Ómar y sus padres molestos y con un enorme lago de sangre que salió de su cabeza, donde se habían alojado los disparos, los hombres fueron llevados y llevados al Hospital de la Victoria, mientras que la policía en Cai Altamira llegó a este sector para comenzar a buscar dónde estaban los agresores.

Varios minutos más tarde, la calle estaba llena de dolor cuando se sabía que este padre e hijo habían perdido la vida, mientras que el área permaneció suspendida por la policía, quien junto con los miembros de CTI comenzaron las investigaciones para aclarar este Sicriatack, que hasta ahora son los teléfonos móviles desconocidos.

El dolor y la destrucción de la pérdida de estos hombres silenciaron el vecindario, donde hasta el sábado por la tarde los familiares de José y su hijo lloraron y lloraron justicia por este doble asesinato todavía se veían.