
El uso del tablero tradicional en las aulas sigue siendo común. Sin embargo, es importante preguntar si esta herramienta sigue siendo más efectiva para apoyar el proceso del maestro. Aunque ha sido útil durante décadas, la imagen educativa actual requiere métodos más dinámicos e interactivos que motiven a los estudiantes y promuevan una mejor comprensión del contenido.
Una de las principales restricciones de la junta tradicional es su carácter unidireccional: el maestro escribe que los estudiantes copian. Este modelo no promueve la participación activa o el pensamiento crítico. Además, problemas como la mala visibilidad, la suciedad del polvo de tiza (en el caso de las tablas negras) o las marcas secas (en líneas acrílicas) obstaculizan el uso eficiente. Por lo tanto, cada vez más instituciones migran a soluciones digitales como pizarras inteligentes.
Las pizarras digitales interactivas permiten la integración de texto, imágenes, videos, gráficos e incluso simulaciones en tiempo real. Esto hace que la clase sea más atractiva y se adapte mejor a los diferentes estilos de aprendizaje. Además, los maestros pueden guardar lo que está escrito y luego compartirlo con los estudiantes, lo que ayuda a quienes verifican o no tienen lecciones.
Por otro lado, el uso de plataformas de colaboración en línea también es una excelente alternativa. Herramientas como Google Jamboard, Miro o Padlet permiten a los estudiantes participar activamente en la construcción del conocimiento, ellos mismos desde sus dispositivos móviles o computadoras. Esta interacción constante favorece una comprensión profunda y el trabajo en equipo, las habilidades más importantes en el siglo XXI.
En resumen, se puede decir que la junta tradicional todavía tiene su lugar, es importante que los maestros miren otras herramientas que pueden enriquecer su práctica docente. La tecnología no reemplaza al maestro, pero hace su capacidad de enseñar de manera más efectiva, más moderna y decisiva para los estudiantes de hoy. Apuesto a las nuevas alternativas no significa renunciar a la anterior, sino convertirse en una capacitación más integradora e innovadora.