

El día después de que miles de colombianos fueron a las calles para tomar silencio de por vida, contra la violencia y la defensa de la democracia, Más de 80 instituciones en el país, universidades de negocios, universidades, centros de pensamiento y grupos comunitarios – Emitieron una carta abierta en la que pidieron una unidad nacional, “después de unas pocas semanas marcadas con nueva violencia”.
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“¿Cómo se siente Colombia hoy?” Con esta pregunta, la carta que se forma en el contexto de las crecientes tensiones políticas y hechos que, según las firmas, se han convertido en advertencias institucionales:
Aunque reconocen el clima por miedo e incertidumbre, los autores de la carta ofrecen no ser sombreados. “En el corazón de los 50 millones de colombianos también esperan. Testificamos esto con el silencio”, dicen.
También señalan que el país necesita una visión común que renueve un compromiso con el establecimiento, el respeto por las reglas y la participación democrática.
El texto hace un llamado claro al poder del estado para trabajar con responsabilidad en este momento: al Consejo de Estado y al Tribunal Constitucional, se les pide que sean los guardianes de la Ley; Para el Congreso, construyendo contratos sin populismo; al público, garantizar la seguridad de los candidatos y votantes; Cuando el registro, aseguró elecciones gratuitas y transparentes en 2026.
Este es el contenido perfecto de la carta:
Carta a los colombianos
Cuidado unificado de la democracia y contra la violencia. ¿Cómo se siente Colombia hoy?
Nos preguntamos después de unas pocas semanas caracterizadas por nuevos actos violentos: el ataque al candidato presidencial, comido de nuestros tiempos más oscuros, que algunos tipos se agregan a la vida de los civiles, el decreto policial y militar y presidencial para proclamar una consulta popular sin seguir las reglas de constitución.
Aunque algunas personas usan estos momentos para dividir, asustar, amenazar y extorsionar, queremos preguntarnos lo que los colombianos tienen en común, cómo podemos esperar.
Primero, debes conocer las sombras. Experimenta incertidumbre, angustia, miedo, sumado a los desafíos sociales que todavía tenemos como nación. Sentimiento de impotencia, futuro incierto. Y una comunidad sin el futuro es una comunidad en una especie de depresión común, abandonando su destino.
En segundo lugar, alguna luz debe opuestas a este tono. En el corazón de los 50 millones de colombianos también es esperanza. Fuimos testigos de esto con el silencio. Además de las ideas políticas, el estatus social o las regiones, Colombia necesita una visión positiva, lo que renueva el compromiso y activa a todos.
El desarrollo de la tierra depende de la cultura cuidadosa de confianza y solo en el contexto de la confianza podemos erradicar la violencia, respetar el medio ambiente, crear empleo, ofrecer oportunidades, curar heridas y proponer nuevas formas.
No es para ignorar el orden institucional o las reglas sobre el juego de la democracia, ya que está controlado para todos. Las instituciones que resisten las tormentas son las que construyen el futuro, los sueños comunes del país son el resultado de la democracia saludable y viva, las reglas tejidas con la paciencia de la década. Los cambios sociales deben provenir de las instituciones, nunca contra ellas.
La democracia está en riesgo. Es cuando no es seguro participar cuando un candidato o candidato es sinónimo del riesgo de muerte. Es entonces cuando se detienen la ley y la constitución, cuando el equilibrio tiene un impacto y se viola el papel de las ramas del poder público.
Es por eso que rodeamos y apoyamos a las instituciones y sus líderes para que hagan su trabajo en el medio de esta trans:
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• Para el Consejo de Estado y el Tribunal Constitucional para servirnos como el faro moral cuando la protección de la Constitución y la Ley.
• Parlamento para que en la diferencia busque contratos mínimos, con responsabilidad y sin populismo.
• Al público para cuidar a los candidatos y votantes en todas las áreas.
• Para el registro para responder y garantizar la transparencia y la eficiencia del proceso electoral de 2026.
Necesitamos elecciones seguras y libres en 2026. Los líderes políticos deben ser un ejemplo y cumplir con la ley. El estado debe proporcionar garantías para la participación democrática, proteger las vidas y la seguridad de todos los colombianos es una obligación inevitable. La seguridad no tiene ideología.
¿Cómo cambiar la angustia en la esperanza?
Con los líderes que defienden la democracia, que tienen el coraje de establecer límites, que escuchan una variedad de voces de país grande y complejo que no tienen miedo de liderar, para obtener críticas, que asumen su papel sobrenatural en un momento histórico.
Se darán cuenta de cuándo lo hacen justo detrás de ellos, los apoyan, hay millones de ciudadanos, miles de organizaciones sociales, académicas, comerciales y comunitarias que estamos repitiendo: ¡más esperanza, más democracia!
Invitaciones a todos los colombianos para unirse con el cuidado de la democracia.
Camilo A. Castillo
Político
X: (@camiloandres894)